Raymond J. Wennier
raymondwennier@yahoo.com
Sputnik 3, cohete espacial lanzado por la Unión Soviética en octubre de 1957, inició la carrera espacial en la que Estados Unidos se quedó atrás de lo que había sido su superioridad técnica en el mundo. El presidente John F. Kennedy llamó la atención sobre la necesidad de mejorar la educación en el campo científico y materias afines.
En 1983 se publicó un informe sobre el estado de la educación en los Estados Unidos, que destacó que el sistema educativo estaba en decadencia. En tiempo del presidente Ronald Reagan se inició un movimiento de reforma educativa para mejorar la competitividad de la fuerza de trabajo que había bajado notoriamente. El informe marcó la mediocridad de la calidad de la enseñanza y el aprendizaje. Los resultados de SAT bajaron 30 puntos en la parte verbal y 40 puntos en la parte matemática durante los años de 1963 a 1980.
En enero de 2002 el presidente Bush firmó la ley de “No child left behind Act”. Tal ley expandió el control federal en la educación en los Estados Unidos. Cada escuela tuvo que presentar un informe que demostraba un “adequate yearly progress”. Para demostrarlo se utilizaban los resultados de exámenes estandarizados. Se buscaba que los maestros fueran mejor preparados en un área de contenido de su clase.
El presidente Obama cambió el nombre de “No child left behind” a “Reach for the top”. Se puso más énfasis en la efectividad de los maestros basados en estándares rigurosos demostrados por los resultados de datos estadísticos de los alumnos y los resultados de mejores exámenes estandarizados. Todo lo anterior con la mira de mejorar la preparación de los alumnos para una educación superior o para una carrera.
En 2009 se inició el trabajo de crear “Common Core State Standards” que ponía detalles sobre lo que los alumnos deberían saber en inglés y matemática en los grados de kindergarten al décimo segundo grado, secundaria. De nuevo, fue controlado por el gobierno federal.
En este mismo tiempo, se inició un movimiento en contra de tantos exámenes estandarizados practicados a los alumnos. Tal movimiento ha crecido tanto, que hay muchos Estados que ya no aplican los CCSS o han pedido una prórroga para ponerlos en práctica.
Recientemente se ha pasado una modificación a tal Ley, donde se devuelve el control a los Estados, en vez de mantenerlo el gobierno federal.
Además de estas formas de medición, se aplican los exámenes internacionales como PISA (Program for International Assessment) que es la comparación de los logros educativos mundiales de 65 naciones y cuyos resultados miden el rendimiento de este sector educativo.
Para este examen estandarizado, que se inició en el año 2000, toman a los estudiantes de 15 años de edad, cada tres años, y los examinan en matemática, ciencias y lenguaje. Los resultados de este examen han preocupado a los educadores norteamericanos por no lograr los primeros puestos a nivel mundial. Siempre dicen que el sistema escolar público de Estados Unidos está en decadencia. La respuesta ha sido poner más exámenes rigurosos, lo que parece no haber dado resultados.
¿Entonces? ¿Qué piensa usted, debemos en Guatemala seguir con estos exámenes?