Lucrecia de Palomo

Cuántas veces le ha pasado que, va en un tráfico tremendo en la Roosevelt y cuando al fin llega al nudo ciego se da cuenta que la causa eran pilotos con problemas de espacio, velocidad y tiempo y sobre todo falta de conocimiento de normas. Cuatro carriles, cada uno con una utilidad específica, usados indistintamente por los conductores; los vehículos se alinean a 40 Kms. por hora ¡en los cuatro carriles! impidiendo una vía expedita. Se empiezan a formar filas de carros ¡en los cuatro carriles! Otro ejemplo similar se da en las carreteras donde se ve la necesidad de rebasar por la derecha porque en la izquierda van los lentos.

La noción del espacio según la psicología genética, no es innata; se construye a través de una cantidad de datos sensoriales y la experiencia. El espacio y el tiempo son estructuras necesarias para establecer relaciones, organizar y lograr constituir la mente para funcionar en su entorno. Son básicos los conceptos que se deben aprender: derecha-izquierda, vertical-horizontal, antes-después, etc. Su aprendizaje empieza como un juego que va conformando un pensamiento elevado -que luego afecta no solo aspectos de tránsito sino la totalidad de la vida humana.

El tener consciencia clara de la derecha y la izquierda es clave para el tipo de pensamiento que se desarrolla. Se logra en la niñez y es la razón por la cual muchas de las destrezas se convierten en competencias; por ello el “test” o la prueba, se gana o pierde en la vida adulta, sin necesidad de papel y lápiz. Se aprehende en la escuela y el entorno.

Las posiciones espaciales dependen y parten del conocimiento de sí mismo, e increíblemente están ligadas al corazón. La derecha está situada al lado opuesto del corazón; la izquierda es el lado del corazón. El tener claro un posicionamiento no impacta únicamente el tránsito, también la vida política del país. Como ejemplo echemos un vistazo al Congreso. Vemos congresistas que dicen ser de izquierda pero se unen a la derecha, de derecha que rápidamente vuelan a la izquierda; esto porque no se conocen a sí mismos. Esa ignorancia crea anarquía, como los pilotos lo hacen en la Roosevelt. No hay una idea clara de qué hacer cuando se está en un lado u otro, posiciones que para muchos son exactamente iguales (solo hay que ver a los diputados tránsfugas, que igual son electos por partidos de un lado que se cambian al otro).

La educación incompleta y la falta de consciencia de lo que es educar en las aulas están causando estragos en la ciudadanía. Se quiere enseñar matemáticas y lectura pero no se enseña la base: derecha-izquierda, norte-sur. Mientras los economistas estén entrometidos en la educación, que es el punto ciego del Mineduc, se pedirá a los pequeños que corran cuando aún no han gateado o que sumen y resten cuando no tienen el concepto del número. Solo hay que escuchar a Jesucristo: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.” No más atascos, solo hay que retomar una educación humanista y dejar a los pedagogos hacer su trabajo.

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