Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

La situación política del país no está para bromas, chanzas o decir cosas con la intención de engañar, por lo que después de habernos enterado de las declaraciones del recién electo Presidente del Congreso de la República, vale la pena preguntarle a él y a la ciudadanía si estamos dispuestos a cambiar, para de ahora en adelante solo hablar en serio o si vamos a seguir permitiendo la demagogia, tal y como ha sido la costumbre en nuestra folclórica politiquería. Antes de todo, vale la pena dejar en claro que somos muchos los que compartimos el criterio que ya no se maneje con hermetismo u opacidad el funcionamiento del Organismo Legislativo; que es urgente revisar la planilla de sus servidores para eliminar de una vez por todas lo que constituyan privilegios, excesos, componendas, corrupción o nepotismo; que la administración y funcionamiento de ese organismo debe estar al alcance de toda la ciudadanía pero, según tenemos entendido, nada efectivo podrá hacerse hasta no hacer un cambio radical en la actual Ley Orgánica del Congreso.

En otras palabras don Mario, considero que de acuerdo a sus propósitos, llegó la hora de conformar una comisión o utilizar una de las que ya están creadas, para trabajar un proyecto que le entre a fondo dicho propósito en un plazo determinado y ponerlo en ejecución a más tardar en los primeros tres meses de su mandato, pues de lo contrario, ni le va a quedar tiempo para implementar sus disposiciones o se le agote hasta quedar todo en buenas intenciones. Don Mario, es oportuno recordarle que la ciudadanía está harta porque todo el tiempo los diputados se lo hayan pasado tomándole el pelo y que no puede repetirse lo ocurrido con el malhadado proyecto de Ley Electoral y de Partidos Políticos, el que terminó siendo un engaño más de tantos que se le han hecho a la población.

Yo le puedo asegurar don Mario, que si usted tiene deseos de seguir prosperando en su carrera política este es el momento justo, no de dar un gran paso, sino todo un salto record de categoría olímpica. Es que la labor realizada por sus antecesores es toda una vergüenza don Mario y si no todos están siendo procesados judicialmente es porque la impunidad sigue campeando en nuestro país a ciencia y paciencia de aquellos electores que todavía se dejan engañar de los políticos que les encanta vivir dándoles atol con el dedo. Pero recuerde que el año pasado, y usted no me dejará mentir, se demostró que en Guatemala los plazos se cumplen y que la paciencia popular se agota. ¿No es cierto?

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