Martín Banús
marbanlahora@gmail.com

¿Está próxima una guerra mundial?
¿Qué está pasando en Guatemala?

No sé que piensen los lectores, pero nosotros tenemos la profunda sensación de que el presente año estará caracterizado por trascendentales acontecimientos, más que en lo nacional, en lo internacional…

En el plano nacional, aunque la sensación generalizada es que con las elecciones y el nuevo gobierno las cosas se han encarrilado de nuevo por las vías de la “normalidad”, nosotros creemos que la situación del país, está por el contrario, muy comprometida por razones fundamentalmente de seguridad, no nuestra, sino norteamericana. Y no nos referimos al desgastado asunto de los migrantes que entran ilegalmente en los EE. UU., no. Nos referimos a una muy probable conflagración mundial para la cual los norteamericanos parecen estarse preparando. Es decir, ese repentino apoyo al que han dado en llamar el “triángulo norte de Centroamérica” y el sorpresivo giro en la relación con Cuba, parece ser parte de una política que busca no sólo el acercamiento sino la buena voluntad entre los vecinos que nunca antes le han importado mucho… ¿Por qué ahora y todo junto?

Sin el ánimo de parecer fatalistas o dramáticos, pero apegándonos estrictamente a lo que está sucediendo en el resto del mundo, todo parece indicar que estamos en la antesala de lo que podría ser una gran conflagración mundial.

Analizando el escenario mundial, las crecientes y permanentes migraciones a Europa, la crisis económica de los EE. UU., misma que se afanan por disimular y negar, el poder de destrucción tan impresionante con el que cuentan ya al menos dos o tres docenas de países, el agotamiento de modelos económicos, la crisis energética y el agravamiento de los conflictos alrededor del mundo, la suspensión ahora de las sanciones a Irán, la crisis climatológica, específicamente del agua, etc., permiten suponer que la crisis general del mundo ha alcanzado un grado tal de complejidad, que resulta prácticamente imposible que países armados hasta los dientes, puedan resolverlo a través de la negociación y en paz.

Todo apunta a que estamos a las puertas de una o más guerras que estarían próximas a estallar, según nosotros, a lo largo de este año o el siguiente, y en las que podrían chocar directamente las grandes potencias como lo son los EE. UU., Rusia, China y la OTAN. ¡Ojalá y nos equivocáramos!

En este sentido, los norteamericanos necesitan, considerando lo que hemos expresado anteriormente, estabilidad y un mínimo de orden en estos países a los que han ofrecido ayuda y atención prioritaria para los próximos años.

Tenemos también la fuerte impresión de que todo lo que ha venido sucediendo en Guatemala, de unos años para acá, especialmente en estos últimos meses, con el encarcelamiento de los exgobernantes y como resultado de las iniciativas como las de la CICIG y de la Fiscalía General, se está siguiendo, según nosotros, un plan de ordenamiento político regional, que a su vez, responde a estrategias geopolíticas a gran escala, impulsadas por los EE. UU.

Más allá de lo que para los estadounidenses es una incómoda y abusiva migración de “latins”, Guatemala específicamente resulta un país muy importante, nada más y nada menos que para su seguridad nacional. Los norteamericanos no quieren ni pueden frenar mojados en su enorme frontera con México y menos aún si se trata de potenciales terroristas. De ahí que lo que se buscan es llevar ese control a una frontera mucho más reducida, previendo así además, los futuros acontecimientos.

El grado de corrupción imperante en nuestro país, que incluye entre otras cosas, el casi absoluto descontrol fronterizo, no ayuda en nada a su seguridad nacional y ellos lo saben. Los arrestos y detenciones recientes y no tan recientes, no son, –a nuestro entender–, precisamente iniciativas de Iván Velásquez de la CICIG, o de la Fiscal general Thelma Aldana, no; se dice que vienen de más arriba y según se dice también, van por más: banqueros, finqueros, etc.

Las cosas pueden dar un giro inimaginable en cualquier momento… Los invitamos a informarse detalladamente de lo que está sucediendo especialmente en Siria, en donde ya han derribado, además de un bombardero ruso SU-24, también a un avión ruso con más de 200 pasajeros civiles… El número de los países involucrados crece cada vez más y hay mucho, mucho, en juego.

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