Juan de Dios Rojas

No obstante la moderna tecnología sobre todo relativa a las artes gráficas, los volantes vemos que no pasan de moda. Los hay en variedad de diseños, a cuales más llamativos en su diagramación y colorido. Para eso se pinta también la diagramación indispensable, no digamos los creativos prosiguen haciendo realidad evidente sus menesteres, digo yo, de valía.

Durante el año en curso, muy raro viene a ser el día que no los encontramos bajo el quicio de puertas, inclusive prendidos en cualquier esquinero de los ventanales. Lo mismo ha sucedido en las restantes hojas del calendario. De modo o conclusión se posesionó del costumbrismo correspondiente, ávido de nuevas cosas y casos del diario acontecer, rutinario también.

A propósito de las cercanías del ciclo navideño y Año Nuevo, motivo innegable de un máximo de movimiento cuya motivación no oculta en el fondo el espíritu característico de alegría vocinglera. Es asimismo la ocasión visible de especial circulante, aunque después exista enorme tronazón de dedos, al percatarse tardíamente la fuga palpable del dinero, poderoso caballero.

Referente a los aludidos volantes, de verdad una lluvia de los mismos saturan el interior de habitaciones, poniendo a no dudar la tentación al decir antañón de las abuelas sabias. Con ofertas tentadoras en menoscabo de la plata que como quiera que sea, sale a luz, similar el ponderado arte de magia, acaso es la razón también que a la postre se va y se va.

Consideramos ser una fuente de trabajo para personas de diversas edades, tamaños y colores, que ganan el sustento diario tras fatigosa labor que imita tocante al caso de andares y andares, sea las características sumamente conocidas de los frentes fríos, propios epocales del término de año y comienzo del entrante, su par en toda la dimensión de la palabra jacarandosa.

Ofertas van y vienen de toda clase conforman el panorama actual, en las proximidades de la quema exagerada de juegos artificiales dondequiera. Es el momento propicio de mejorar el ingreso comercial en grande, también de hacer algo, salvo la excepción marcada, el pequeño comercio o bien informal denominación manejada por los técnicos de las ciencias económicas.

De verdad, diciembre ofrece a la vista general, muchas ocasiones solamente sirve para que los niños, dada la pobreza y pobreza extrema, se limitan a pegar la nariz, admirando todo lo exhibido en infinidad de escaparates en centros comerciales, también en negocios de reciente creación proceden a repetir dicha situación generadora de meras contradicciones de verdad.

Mientras más cercanas tenemos de frente, digo por delante, la actividad a cargo remunerada por supuesto, jóvenes vacacionistas tienen la oportunidad aunque pasajera de pertenecer al campo laboral, distractor de valía en contra de muchísima muchachada mal entretenida, Imperan los casos de hundimiento de los valoras humanos en una perdida lamentable y ostensible.

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