Marco Tulio Trejo Paiz
En el acto de toma de posesión como presidente de la República, Jimmy Morales ostentó la banda bicolor presidencial que le fue colocada entre pecho y espalda con un sonoro y prolongado aplauso de la concurrencia.
Entonces, a hacer sobre la marcha lo que dejaron de hacer quienes abandonaron el principal sillón del llamado Palacio Nacional de la Cultura.
El recién estrenado gobernante debe comenzar a estudiar a fondo, en todos los aspectos, la situación nacional, con el propósito de ir dando solución a los ingentes y urgentes problemas de la nación, los cuales, por cierto, vienen de pasadas glorias…
Desconozco el programa de gobierno de don Jimmy Morales, si es que ya lo tiene preparado.
Es comprensible que realizar en un período cuatrienal todo lo que se requiere para que Guatemala vaya hacia adelante con paso firme para alcanzar una meta que nos saque de tantas penas que estamos sufriendo los guatemaltecos por las gracias de la politiquería y la corrupción de los de arriba y de los de abajo.
No pocos corrompidos de la alta burocracia: de la SAT, de la “Línea” (o líneas), del IGSS, etcétera, y de otras mamandurrias, ya están viendo la luz a cuadros, pero la CICIG y el Ministerio Público han declarado que faltan otras criaturas desvergonzadas…
El presidente Jimmy se ve dispuesto a trabajar en honor y en beneficio positivo de la patria, pero ojalá que encuentre el camino despejado y con los recursos que exige toda la obra del régimen en beneficio de Juan Pueblo y de este empobrecido y anarquizado país centroamericano.
Desde el solemne acto de toma de posesión, Jimmy Morales ya tiene la huraña banda para colocársela con legítimo orgullo de pecho a espalda en las solemnes ceremonias oficiales que haya de protagonizar como presidente de la República.
Ahora apenas va comenzando Jimmy a iniciar una obra integral de Estado con el deterioro económico-financiero que dejaron muchos privilegiados funcionarios corruptos en la recién pasada jornada gubernamental.