Juan Antonio Mazariegos G.

El orden mundial, existe, definido por alianzas, tratados o por simples hechos, hay países considerados grandes potencias que de buena o mala manera inciden directa o indirectamente en otros que simplemente gravitan alrededor de su influencia o de sus intereses. Esto por supuesto, no es exclusividad de Estados Unidos y se comprueba fácilmente con revisar las noticias internacionales cualquier día de la semana y verificar que Rusia incide y decide sobre sus pequeños vecinos del Báltico o Crimea, que China construye islas artificiales con el objetivo de expandir su mar territorial por encima del derecho de sus vecinos o que la Comunidad Europea gasta millones de euros en buscar incidir en África para evitar la ola migratoria que convertida en millones de personas se abalanza sobre sus Estados miembros.

Nuestro polo de atracción geográfico natural es Estados Unidos, hemos sido considerados desde amigos hasta su patio trasero y sin duda, en un mundo tan volátil y en medio de su interés por combatir el tráfico de estupefacientes, somos un corredor estratégico hacia su frontera sur, quizás un poco olvidados por algún tiempo, volvimos a la palestra con la denominada crisis de los niños no acompañados que movió a la opinión pública estadounidense ante el dilema de miles de niños centroamericanos que viajando solos arribaron a Estados Unidos y que provocaron el denominado Plan Alianza para la Prosperidad que consiste básicamente en la donación condicionada de alrededor de 750 millones de dólares al denominado Triángulo norte de Centroamérica.
Hace cuatro años, Otto Pérez Molina iniciaba su gobierno proponiendo un plan para la legalización del consumo de ciertas drogas, medida que fue rápidamente criticada por el gobierno norteamericano y que pronto nuestro ahora encarcelado expresidente abandonó dentro de su paquete de intenciones de estadista, no sin que antes provocara que las relaciones con Estados Unidos se enturbiaran y que él mismo quedará en la mira de nuestro vecino del norte.

Para nadie es un secreto que lo acontecido en Guatemala el año pasado y que derivó en la caída de los mandatarios nacionales se debió a las investigaciones y denuncia del MP y la CICIG, la protesta ciudadana y el beneplácito del Embajador Robinson, en el orden que se prefiera y en la proporción de presión que cada quien desee asignar esos factores terminaron con Baldetti y Pérez tras las rejas.

Hoy sin duda otros vientos soplan del norte, Morales asume la presidencia solicitando un TPS para nuestros compatriotas en EE. UU., Obama anuncia esta misma semana la puesta en marcha del plan de la Prosperidad, de pronto somos importantes, cada quien juzgará si eso es bueno o malo, lo que sí es seguro es que estamos ante una nueva relación.

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