Marco Tulio Trejo Paiz
La realidad imperante en el país mueve a dudas de que se esté depurando la administración de justicia, este sistema, según lo informado por los medios, en los últimos tiempos se ha dicho que la llamada Santa Justicia sigue coja y difícilmente pueda ser depurada en el corto plazo.
Aunque en los últimos meses el Poder Judicial se ha convertido en un engranaje importante para contrarrestar la corrupción, se debe actuar con prontitud para poner tras las rejas a los que gustan llenarse los bolsillos del dinero del pueblo.
Aunque se ha visto con buenos ojos el trabajo realizado por el Ministerio Público y la CICIG, es importante que en el seno del OJ se dé una depuración para evitar que se vuelvan a dar casos, como los de algunos administradores de justicia que se han enriquecido a costillas de la impunidad que afecta al país.
En los últimos meses del recién terminado 2015, la población guatemalteca se volcó a las calles contra los funcionarios corruptos y los Padrastros de la Patria, quienes terminaron la gestión parlamentaria en números rojos, por lo que ahora se necesita que se haga presión para depurar el Organismo Judicial.
En varios casos de corrupción se han visto involucrados Magistrados, Jueces y abogados, quienes han permitido que siga corriendo la impunidad en la sociedad guatemalteca, lo cual causa mucho malestar a Juan Pueblo.
Este 2016 empieza con casos de alto impacto, tal como el juicio del expresidente y exvicepresidenta de la República, quienes tienen que sentarse en el banquillo de los acusados, para aclarar señalamientos de corrupción que los motivó a dejar sus cargos.
Por eso es menester que se pongan barbas en remojo y que le demos un ejemplo al mundo de que en Guatemala podemos bajar los índices de impunidad, pero para ello se necesitan magistrados honestos, que se atrevan hacer los cambios en el Sistema de Justicia y que sean depurados los malos elementos que no permiten que la justicia sea pareja para todos los guatemaltecos.