Factor Méndez Doninelli
¡Bienvenido 2016! Paz, salud, bienestar, amor, solidaridad y prosperidad para todos mis compatriotas trabajadores, campesinos, indígenas, profesionales, empresarios, periodistas, mujeres, jóvenes, estudiantes y niños.
Luego del feriado habitual del Año Nuevo me sumo al repudio por la decisión perversa y oportunista del Gobernante de facto, Alejandro Maldonado Aguirre, al imponer el ilegal salario diferenciado en cuatro municipios del país, fomentando la explotación y violando los artículos 101 y 102 de la Constitución Política de la República.
Comparto la primera reflexión del año, sobre el vital, ineludible e indispensable protagonismo que durante 2016 debe confirmar la sociedad civil y sus organizaciones para lograr la reforma profunda del Estado, renovar instituciones y sistemas político electoral.
El año iniciado es la oportunidad para construir el nuevo Estado democrático, multiétnico y plurinacional, la agenda estratégica de sociedad civil debiera proponer: 1. Construcción y ejercicio de la ciudadanía democrática. 2. Sostener la demanda de convocar e instalar la Asamblea Nacional Constituyente. 3. Consolidar la democracia participativa. 4. Fortalecer la organización social. 5. Mantener la intolerancia contra la corrupción e impunidad. 6. Movilización y ocupación de las calles y plazas. 7. Escrutinio y auditoría social de acciones y decisiones de gobernantes. 8. Defensa de los Derechos Humanos, territorio y medio ambiente. 9. Oposición a las leyes y concesiones antipopulares. 10. Unidad de acción y resistencia pacífica.
Una agenda para seguir formando ciudadanos democráticos, críticos, con capacidad de propuesta, comprometidos con cambios para engrandecer la Nación, dignificar a sus habitantes y superar el subdesarrollo.
En siete días un nuevo Gobierno tomará las riendas de la administración pública, todos sabemos que recibirán un Estado sumido en la mayor crisis sistémica de su historia republicana. Un Estado saqueado, endeudado e institucionalmente debilitado. Secuestrado por el crimen organizado, por políticos corruptos, funcionarios y autoridades inescrupulosas.
Con deuda social acumulada. Aumento de pobreza y pobreza extrema. Déficit de vivienda, bajos salarios, altos índices de desnutrición, analfabetismo, desempleo, mortalidad, corrupción, impunidad e inseguridad.
Es sabido también que los próximos gobernantes carecen de formación como estadistas, en eso son indoctos e improvisados, tales condiciones hacen inferir que tendrán mayor dificultad para controlar el timón de la nave. La inexperiencia aludida será aprovechada por élites económicas, por grupos fácticos y ocultos que históricamente actúan con opacidad para influir y controlar los hilos del poder público.
El nuevo Gobierno 2016-2020 apoyado por religiosos, por oligarcas y militares contrainsurgentes, varios recién capturados por crímenes de guerra, es continuidad de anteriores porque seguirá impulsando políticas neoliberales, cediendo el territorio a empresas transnacionales que explotan recursos naturales no renovables, que extraen metales preciosos y estratégicos, que acumulan millonarias fortunas corporativas y personales en menoscabo del interés nacional y el bien común.
Las masivas, alentadoras y enérgicas movilizaciones ciudadanas ocurridas el año pasado mostraron al mundo el hartazgo de la sociedad, ahora es pertinente ratificar el ímpetu de la resistencia, el vigor de las demandas sociales, el ejercicio democrático de la ciudadanía, la intolerancia con la impunidad y la corrupción.
El 14 de enero a las 14:00 horas estaré en la Plaza Central ratificando exigencia de reforma profunda del Estado.