Luis Enrique Pérez

En las elecciones del pasado mes de septiembre, el candidato presidencial Manuel Baldizón, del partido Libertad Democrática Renovada, Lider, ocupó la tercera posición, y no pudo competir, entonces, en una segunda elección. Empero, Lider fue el partido que obtuvo un mayor número de diputados, equivalente a por lo menos 25% del número total de diputados. Lider tendría, por consiguiente, una consoladora proporción de poder legislativo, de la cual podría servirse Manuel Baldizón.

El pasado 17 de diciembre, empero, renunciaron 22 de los candidatos de Lider que habían obtenido una diputación, ya por haber sido electos por primera vez, ya por haber sido reelectos; y así el futuro número de diputados de Lider se redujo en casi 50%. La mayoría de quienes renunciaron se apresuraron a anunciar la fundación de un nuevo grupo de diputados, que se denominaría “Movimiento Progresista” (el cual crearía un nuevo partido político), aunque creo que es inútil que ese nuevo grupo de diputados pretenda provocar la apariencia de ser un edificante prototipo de honestidad, o ser una salvífica fuerza del bien, ya que se sabe que algunos de ellos se han servido del poder Legislativo para beneficiarse ilícitamente.

Aparentemente la causa de la renuncia fue que los más altos dirigentes de Lider negociaron, durante el pasado mes de noviembre, la aprobación, del proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado, el cual fue denominado, por algunos de quienes renunciaron, “presupuesto de la corrupción”. Adicionalmente, el excandidato presidencial Manuel Baldizón habría pretendido influir en la Comisión de Finanzas Públicas, del Congreso de la República, para que los recursos fiscales se asignaran de modo tal que contribuyeran a satisfacer sus todavía vigentes intereses políticos. Hasta su hermano, el actual diputado Salvador Baldizón, Secretario General Adjunto de Lider, y diputado reelecto, se habría opuesto a tal pretensión, y fue uno de los diputados que renunció a ese partido, aunque advirtió que no sería miembro del nuevo grupo parlamentario, es decir, Movimiento Progresista.

Por supuesto, no puede excluirse que haya otra causa u otras causas de la renuncia. Por ejemplo, algunos diputados actuales o algunos diputados futuros de Lider, que decidieron crear el Movimiento Progresista, podrían haber pretendido que se aprobara un presupuesto que también fuera un “presupuesto de la corrupción”. Tampoco se excluye que una causa haya sido el mismo excandidato presidencial Manuel Baldizón porque, con la insensata certeza de ser el ganador final de la recientemente pasada elección presidencial, habría actuado como un exclusivo propietario de Lider, o como un dictador, poseedor de toda la autoridad y todo el poder que podía ser ejercido en la institución partidaria, para beneficiarse él mismo.

Podemos percibir en la renuncia que nos ocupa, un síntoma de división interior de Lider, cuyas consecuencias son impredecibles, hasta un grado tal que, en general, el porvenir de ese partido pueda ser su disolución; y en particular, el porvenir de Manuel Baldizón puede ser su extinción política. Sobre el porvenir de este político puede considerarse que él, en la elección presidencial que se celebró en septiembre del año 2011, por lo menos ocupó una segunda posición, y pudo competir en una segunda elección; pero en la elección presidencial del presente año, ya no pudo ocupar por lo menos una segunda posición. Es decir, la segunda vez que fue candidato presidencial, fue menos exitoso que la primera vez.

Post scriptum. Quizá la expectación de que, luego de haber ocupado la segunda posición en el proceso electoral anterior, Manuel Baldizón sería electo Presidente de la República en el segundo proceso recientemente celebrado, le confería poder político para preservar y hasta incrementar un indisputado liderazgo en su propio partido; pero absurdamente derrotado en aquel segundo proceso, parece haber perdido ese liderazgo.

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