Juan de Dios Rojas

Hemos perdido muchas cosas lamentablemente, sin embargo, persiste en el ánimo ciudadano la opinión, como un baluarte férreo; es un aliciente también capaz sobre todas las cosas de sobreponerse y no ceder a múltiples ofertas de sentido político. En resumen campean las mismas con ánimo visualizado de que sí están de acuerdo, mientras que el resto manifiesta lo contrario.

Ejemplos abundan en el diario acontecer, máxime actualmente que vivimos el momento candente de la política partidista. Al término concluimos siendo protagonistas fanáticos de determinado partido, grupito de un líder y sus seguidores interesados que se proponen salir del atolladero económico, verdadero ni atrás ni adelante; sin importar el bien común e igual interés.

A propósito, una vez más, cuando los guatemaltecos vemos, oímos y pensamos algo respecto al escurridizo tema de la reforma de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, cobra interés general si la misma sea llevada a cabo antes de los próximos comicios, a efecto de establecer una base legal, firme y duradera. No así gritan a voz en cuello, que tenga vigencia mucho después.

Muestra sencilla, corriente por supuesto de la expresión palpable de: Que sí que no, en la práctica viene a ser difícil un acuerdo entre las partes beligerantes. Empero, y como quiera que sea, la libertad de opinión –digo yo– es el basamento sobre el cual difieren abiertamente los pareceres en pugna abierta, sin importar las tentaciones que giran deliberadamente de verdad.

Tampoco esos pareceres representan malos entendidos, ni cosa parecida. Al contrario, reiteramos constituyen el sentir auténtico dictado por su consciencia cada guatemalteco, empeñado en alcanzar algún día, el respeto a la real opinión de cada uno. Tienen el denominador común de ubicar más antes que después el rol tan deseable de practicar la auténtica democracia.

Antagonismo, en el fondo da la impresión que tuviese efecto, tras sucesos a veces hasta violentos, similar al protagonismo común que priva a la cabeza en los hechos concatenados, cuyo espíritu demuestra, no cabe la menor duda estar en medio del torbellino existente de índole politiquero. Resulta pasajero tal asunto que apuesta a olvidar el caso, pasado el momento.

A menudo constituye la referida opinión, la base primordial del constante acontecer colectivo, piedra fundamental del andamiaje democrático que deseamos alcance y muestre ese edificio de la democracia, algún día sirva de base firme. Las próximas elecciones generales van acercándose. Que dicho evento conforme solidez, conciencia, honradez y entrega por el bienestar público.

Las voces, posiciones podrán diferir, sin embargo, exhiben totalmente el hecho de abrir, sembrar surcos y abonar el suelo de nuestro territorio patrio. Coincidimos en exclamar con entusiasmo que en realidad dejamos de permanecer -siempre con la boca callada-, desde que las jornadas de gran valor cívico han llenado la Plaza de la Constitución en protesta por tanto reprochable.

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