Oscar Clemente Marroquín
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La continuidad de la bancada Lider era imposible tomando en cuenta sus orígenes porque la inmensa mayoría de quienes la conformaron fueron agregándose a cambio de prebendas y beneficios económicos que les ofrecía el entonces candidato Manuel Baldizón, experto en comprar diputados y en usar su nutrida bancada para negociaciones que le resultaron muy lucrativas política y económicamente. Además, la aplastante y humillante derrota del candidato presidencial fue un golpe casi tan demoledor como las sindicaciones que pesan sobre varios de los diputados que fueron de los más destacados miembros de ese partido político.
Sin embargo, es importante averiguar cómo es que se organizan varios diputados para surgir con un nuevo movimiento político porque es obvio que entre todos los que anunciaron su desplazamiento no hay nadie que tenga ni los recursos ni la capacidad como para estructurar una nueva formación política. Atrás de ellos hay algún titiritero que sabe cómo se mueven los hilos para hacer que una bancada de ese tamaño pueda funcionar lucrativamente, que es lo que en la política nacional al final de cuentas importa.
Algunas fuentes hablan de un fuerte pleito entre los dos hermanos Baldizón y atribuyen este nuevo movimiento a una jugada del derrotado candidato presidencial que pretende volver a posicionarse para competir nuevamente con una nueva fachada, mientras que otros estiman que miembros de la actual junta directiva del Congreso pueden ser los que están maniobrando para garantizar sus posiciones. En todo caso, nadie supone que se trate de una iniciativa de quienes hicieron la presentación pública sin mucha claridad de lo que pretenden y de hacia dónde piensan dirigir sus futuros planteamientos.
Y es que si analizamos el comportamiento de todos los partidos políticos en el país veremos que hay un patrón de cacicazgo que asegura siempre la existencia de algún dueño, literalmente hablando, de los movimientos. Aquí se organizan partidos políticos como un instrumento para negociar, para captar recursos que eventualmente puedan llevar a ese dueño al poder, pero que de todos modos le permitan amasar alguna fortuna mediante componendas y negociaciones que son más jugosas e importantes en la medida en que se dispone de una fuerte bancada en el Congreso. No olvidemos que una fuerte bancada es fundamental para realizar esa otra forma de extorsión que también se practica en las altas esferas y que se concreta mediante el trasiego de votos.
Tal vez ahora, viendo los primeros movimientos de los diputados electos en las últimas elecciones, los ciudadanos entendemos que nuestro voto no sirvió para un carajo y que lo único que hicimos fue encumbrar a posiciones de negociación a una partida de individuos que andan viendo cómo le sacan raja, cuanto antes, a su potencial negociador. Lo que demuestran los diputados electos en planilla propuesta por el partido Lider es que se trata de más de lo mismo, es decir que son personas que andan viendo el derecho de su nariz y prestándose a juegos perversos que persiguen no sólo mantenerlos en el poder, sino además acrecentar fortunas.
Esos movimientos “partidarios” demuestran que nada ha cambiado y que nuevos y viejos usan las mismas mañas de siempre.