Lucrecia de Palomo
Las autoridades protegidas bajo la chamarra de “Reforma Educativa” hacen atrocidades
Durante seis meses permanecí en silencio. Momentos que alimentaron mi alma y me permitieron asimilar la nueva situación que imperara mi vida luego que sicarios quitaran la existencia física a Pancho. Fueron 45 años casados, más tres de noviazgo los que viví con él. Tiempo en el cual me hice mujer, esposa, madre y profesional. Fueron años plenos que me permitieron introducirme en mi yo y en una de mis grandes pasiones: la educación. Educar es una acción de todo ser humano, todos los días y cada momento. Se aprende y aprehendemos cada instante; el aprendizaje es un don, un regalo de Dios, lo traemos dentro de nosotros.
Aprendí el arte de enseñar desde niña, mi familia fue la maestra. Me vi enseñando de la misma manera que lo hacía mi mamá con nosotros y repetí muchos de sus patrones –que posiblemente eran de mi abuela– pero en un momento dado rechacé algunos. Lo hice consciente y con la plena libertad que da el conocimiento. Fue así como eduqué a mis tres hijos y a miles de “hijos” que me han sido encomendados como parte de mi profesión de maestra. Comprendí que para aprender las letras y los números primero tengo que formar personas con bases sólidas en sus creencias sobre sí mismos y su entorno.
Siete años escribí, primero en elPeriódico y luego en Siglo.21. Ahora después de siete meses de silencio tomé la decisión de pedir a Oscar, mi hermano, un espacio semanal en La Hora, que como él puso en su respuesta “tu casa”. Y sí, de hecho así lo siento. Esta profesión de comunicar fue parte de mi alimento. Nosotros, los diez hermanos, crecimos entre el papel, reporteros, el crisol y los linotipos. El taller era nuestro parque de juegos. Allí conviví con voceadores y me nació la conciencia de la pobreza. Esos son mis cimientos.
Hoy regreso, pues esa conciencia de educación nacional que desarrollé en las miles de visitas a escuelas, a cientos de capacitaciones con maestros, me grita que debo seguir denunciando las atrocidades que desde atrás de un escritorio se ejecutan. Se nos impone un copy y past de otros países sin socializar ideas ni partir de la realidad nacional. Las autoridades protegidas bajo la chamarra de “Reforma Educativa” hacen atrocidades, consecuencias que ya se están pagando: hoy hay más pobreza y pobreza extrema que hace diez años; pero la economía crece.
En el gobierno anterior se dijo que el 98% de los niños en edad de primaria estaban asistiendo a la escuela, hoy solo un 82%; pero de ellos, los que quieren estudiar básicos, el Estado solo da cabida a un 30% y con las medidas de la administración del PP cerrarán aquellos colegios populares que son los que arropan a los jóvenes que desecha el Mineduc.
Por esa razón regresé, porque mientras el presupuesto del Mineduc se va en pactos con un sindicato nefasto, los estudiantes no son atendidos y éstos se ven en la necesidad de salir de su patria y buscar la oportunidad fuera o delinquir. Agradezco a Dios que me da esta nueva oportunidad de compartir con usted lector mis vivencias y poder discutir y consensuar la nación que queremos.