Félix Loarca Guzmán
Guatemala es sin duda un país rico, pero lleno de pobres, en donde campean la desigualdad social, los bajos salarios, la impunidad, la corrupción, los privilegios para unos pocos, la inseguridad y la violencia.
Los datos que el Instituto Nacional de Estadística, INE, dio a conocer recientemente sobre los hallazgos de una Encuesta Nacional sobre las Condiciones de Vida, Encovi, que cubrió un período de ocho años entre el 2006 y 2014, pusieron al descubierto un aumento de la pobreza del 51.2 al 59.3 por ciento, equivalente a nueve millones 300 mil personas en una población de alrededor de 15 millones 800 mil habitantes. Asimismo, la pobreza extrema se incrementó del 15.8 al 23.4 por ciento.
Al referirse a las cifras de la encuesta, la diplomática francesa Valerie Juliand, representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, comentó que Guatemala es la economía más grande de Centro América, pero también es el país con los más elevados niveles de pobreza de la región.
La Encovi, evidenció no solo un impresionante aumento de la pobreza, sino también de la riqueza de unas pocas familias.
La funcionaria expuso que Guatemala es el único país del área con un notorio retroceso en el campo del combate a la pobreza en los últimos 15 años, desde que el organismo mundial dio a conocer los objetivos del Milenio.
Dijo que en Guatemala hay poblaciones que viven en condiciones infrahumanas, y que ello es muy preocupante, pues no se ha realizado lo necesario para mejorar esta dramática realidad. Luego se preguntó: ¿Cómo es posible que un país que ha tenido y tiene un crecimiento económico bastante estable, se encuentra en esta situación? Hay crecimiento económico, pero sin equidad.
Agregó que toda esta información pone al descubierto, que las desigualdades sociales son enormes, porque en el transcurso de los últimos años, no solo ha crecido la pobreza y la pobreza extrema, sino también la riqueza extrema. “La gente rica de este país, a lo largo de estos quince años, es ahora todavía más rica”.
El problema de Guatemala no es la falta de recursos, sino una injusta distribución de la riqueza. Sin duda, muchos ricos prosperan pagando salarios de miseria y evadiendo el pago de los impuestos, mientras los pobres apenas sobreviven.