Ayer el Ministerio Público negó que esté a cargo del escrutinio de la calidad de los futuros ministros de Estado en el gobierno de Jimmy Morales, lo cual tiene toda la lógica del mundo porque no es competencia ni del MP ni de la CICIG hacerse cargo de una labor que le corresponde únicamente a quien tiene la facultad constitucional de nombrar Ministros de Estado, Directores Generales y demás funcionarios de la administración pública. Ambas entidades podrían, a lo sumo, decir si alguien tiene o no investigaciones pendientes en su contra, pero no podría, ni por asomo, aconsejar al Presidente Electo sobre las designaciones.
El Presidente no tiene obligación, efectivamente, de anunciar anticipadamente quiénes serán sus colaboradores y deberá hacerlo por ley hasta el mismo día en que él y los nombrados tomen posesión de los cargos. Sin embargo, hubiera sido bueno, para él y para el país, que esas personas hubieran tenido acceso a las instituciones que estarán a su cargo para conocer la marcha de los negocios, pero tampoco es que ello sea una diferencia de vida o muerte pues al final de cuentas lo que manda es la capacidad, la idoneidad y la honestidad de la gente que sea escogida para integrar el equipo de trabajo.
El problema está en las comunicaciones, puesto que por un lado el mismo gobernante y su equipo anunciaron que darían a conocer el Gabinete antes de la toma de posesión y hasta mencionaron fechas. Luego fue el mismo Morales quien anunció que solicitaría ayuda de la CICIG y el Ministerio Público para hacer buenos nombramientos, no obstante que ni en el mandato de la CICIG ni en las atribuciones del Ministerio Público está la de hacer ese escrutinio que compete única y exclusivamente a los gobernantes que, además, cargan con la responsabilidad de los nombramientos.
En otras palabras, no existe en realidad ningún problema más allá de la incongruencia en el discurso del mismo Presidente Electo, puesto que es él quien se ha metido en problemas al no cumplir lo que ofreció, sin que nadie le obligara a hacer el ofrecimiento, y al afirmar algo que es absolutamente falso, en el sentido de que la CICIG y el Ministerio ¨Público le están ayudando al investigar a los propuestos por distintos sectores, dando la idea de que cada uno que salga con su nombramiento bajo el brazo pasó ya por ese importante filtro de dos de las instituciones que más prestigio tienen entre los guatemaltecos. Que el señor Morales nombre y que el pueblo juzgue.