Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

El reciente binomio presidencial electo debe de saber que los diferentes grupos de poder aprovecharán al máximo la etapa de transición para acercársele y proponerle sus propios planes de gobierno.

La historia democrática es un claro ejemplo de cómo en el gobierno que presidió Álvaro Arzú y Luis Flores, varios ministros eran representantes o personas propuestas por la cúpula empresarial organizada. Lo mismo aconteció con el gobierno que presidió Óscar Berger y Eduardo Stein, incluso el gobierno se autodenominó como empresarial y no sólo los ministros de Economía y Finanzas eran sumamente allegados a conocidos empresarios sino que el Ministro de Gobernación, Carlos Vielmann era una extensión de ese sector, razón en parte por la cual llegó a los extremos que CICIG le ha señalado a Erwin Sperinsen y a otras personas que fueron las que tomaron, al estilo comando, la prisión de Pavón, donde murieron varias personas que habían seleccionado previamente.

El gobierno de Álvaro Colom, Sandra Torres y Rafael Espada fue nuevamente un gobierno afín a la cúpula empresarial, aunque con ciertas notas de diferencia al haber implementado programas sociales que sin duda alguna causaron un beneficio a parte de la población en pobreza.

Por último, y aún en mayor grado, el gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti nombró a varios miembros del Gabinete propuestos y representantes de la cúpula económica. Los mayores ejemplos fueron Sergio de la Torre, Ministro de Economía y Juan Carlos Paiz, Comisionado Presidencial para la Competitividad, quienes se dedicaron, ciento por ciento de su gestión, a buscar mantener los privilegios para los maquiladores y sus homólogos, llegando al extremo de pretender instalar en cuatro municipios inicialmente el salario mínimo diferenciado de Q1,500.00 violando la Constitución, mientras que ellos en lo personal derrocharon y gastaron millones de millones en viajes, viáticos y personal exclusivo a su servicio.

El gobierno recién electo debe de escuchar a todos pero no debe subordinarse a ningún sector o persona si quiere ser un gobierno del pueblo y para el pueblo.

Si no lo hace durante su primer año puede fracasar. Si por el contrario, sabe buscar la justicia, la ecuanimidad política, económica y social podrá lograr el reconocimiento de más del 60% de la población, como lo ha efectuado por ejemplo Alfonso Portillo; mucha de la población que lo admira eran menores de edad y no votaron para que el gobierno del binomio de Alfonso Portillo y Juan Francisco Reyes quedara electo y gobernara del 2000 al 2004. A esos jóvenes, cuando se les pregunta el porqué de su apoyo responden, como se puede comprobar, porque lucharon a favor del pueblo, controlando los precios de la canasta básica, mejorando los salarios, creando la tarifa social eléctrica y logrando mantener el combate a la pobreza.

Todos sabemos y así lo evidencia la historia, que la democracia es el gobierno del pueblo para el pueblo, que busca el bien común, el Estado de Derecho. Si cualquier gobierno no vela por esos principios fracasará.

En Estados Unidos de Norteamérica, buena parte de sus gobernantes han sido exitosos por servir al pueblo, por abogar y labrar oportunidades de una mejor vida, lo que implica permanentemente aumentar la clase media.

La concentración de la riqueza no resuelve la pobreza ni la desnutrición.

¡Guatemala es primero!
Continuará

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