Para quienes ven el triste desempeño de nuestro país en el escalafón de la FIFA que califica a los países por su rendimiento en el campo de juego, tiene que haber sido una sorpresa qué tan bien situados estaban los dirigentes del futbol de nuestro país, al punto de que ayer fueron de los 16 seleccionados por la Fiscal General de Estados Unidos para conformar el equipo de estrellas de los sobornos y movidas que ensucian a ese deporte profesional. Los guatemaltecos Bryan Jiménez, Rafael Salguero y el magistrado suplente de la CC y funcionario de la federación, Héctor Trujillo.

No podemos jugar con la pelota, pero si podemos figurar en las más grandes ligas cuando se trata de participar en el juego de la corrupción que ha ensuciado de manera indeleble a la famosa FIFA que se erigió en poder supranacional para hacer micos y pericos. Nuestros dirigentes deportivos nunca se han preocupado por el deporte, sino por sus propios intereses y eso vale tanto para las distintas federaciones como para el mismo Comité Olímpico de Guatemala que por décadas ha sido reducto y agencia de viajes para sus titulares y sus parientes que no se pierden ninguna oportunidad de viajar de gorra.

Afortunadamente Estados Unidos dispuso realizar una serie de investigación sobre la forma en que los directivos de la FIFA se benefician de sobornos y mordidas por millonarios negocios como son las transmisiones televisadas o las designaciones de las sedes para que se juegue la Copa del Mundo que capta la atención de millones de personas alrededor del mundo. De no haber sido por ese interés de la titular del Departamento de Justicia en Washington, los pícaros dirigentes deportivos seguirían tan campantes como han seguido en Guatemala tantos ladrones luego de los escándalos de la defraudación aduanera y del IGSS.

La madeja se empieza a desenredar cuando algunos de los implicados usaron bancos de Estados Unidos para depositar su dinero mal habido y las posteriores investigaciones avanzan como consecuencia de esos primeros casos y sin que haga falta que los implicados tengan cuentas en el país investigador.

Por supuesto que Jiménez y compañía no son los únicos que se han beneficiado con el mal manejo no solo de los recursos de la Federación sino con las mordidas por sus decisiones en las altas esferas. Son demasiados los largos que han pasado por esos cargos sin hacer más que lo que ahora sale a luz, dejando que nuestro futbol languidezca hasta su actual agonía, en nombre de una autonomía exigida por la misma FIFA para mantener a esa partida de sinvergüenzas.

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