Hoy se tiene que tomar la decisión sobre si se abre juicio en contra de Roberto Barreda por el femicidio cometido en contra de su esposa Cristina Siekavizza y a la luz de lo expuesto por el Ministerio Público, pareciera que al juzgador no le quedará sino admitir tal solicitud. El argumento de la defensa es que los esfuerzos se tienen que dirigir para localizar a la víctima que, según ellos, está viva y escondida en algún lugar, lo que da la idea de que su línea de argumento va en el sentido de que sin cadáver no hay femicidio, pero lo expuesto por el MP es contundente, por lo menos, para asegurar que el asunto tenga que ir a un juicio con todas las formalidades para determinar qué ocurrió realmente en el seno de esa familia.
La alternativa que tiene el juzgador es imposible de aceptar porque sería rechazar las investigaciones realizadas y prácticamente avalar la idea de que Cristina por decisión propia se marchó de su casa abandonando a su familia para crear la idea de que hubo actos de violencia intrafamiliar.
Un proceso en el que se practique un debate público con la aportación de pruebas es lo que este caso necesita, y precisamente la parte acusada ha estado entorpeciendo el trámite porque sabe que se tiene que llegar a esa instancia.
Sostenemos que en este caso ha habido intromisión de poderes fácticos, con apoyo de estructuras dentro del Estado que van desde la SAAS hasta el Ministerio de Gobernación con la dirección de Migración donde se emitieron documentos falsos para permitir la fuga de Barreda llevándose a sus hijos. También sostenemos que Barreda recibió ayuda de gente para borrar pruebas y que esa gente sabe exactamente qué pasó con el cuerpo de Cristina Siekavizza y que es imperativo que, al ser interrogados en el debate, se trate de obtener la verdad.
Es tanta la certeza que muestra Barreda en el sentido de que no podrán localizar a Cristina, con lo que ellos pretenden alegar que sin cuerpo no hay homicidio, que se vuelve muy sospechosa la actitud y de hecho los esfuerzos realizados por el MP para dar con el paradero de sus restos han sido infructuosos, pero no olvidemos que no existe el crimen perfecto y que siempre hay cabos sueltos, sobre todo cuando para evadir las investigaciones iniciales se pidió ayuda de tanta gente que llegó a enterarse de lo que había hecho Barreda y lo que tramaba para evadir su responsabilidad.