Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

El presupuesto general está en plena discusión en estos días y esta es la fecha en que los ciudadanos no conocemos a detalle el nombre de las entidades no gubernamentales que reciben dinero del Estado; si no sabemos los nombres, mucho menos los montos.

Tales asignaciones siempre ha pasado un poco bajo el radar, porque se argumentaba que los fondos se invertían en temas de beneficencia o proyectos sostenibles, pero eso cambió radicalmente gracias a las prácticas del gobierno que lideraron Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti.

Resulta que las entidades que adquirieron Corporación de Noticias, casa editora de Siglo.21 y al día, recibieron fondos del Estado precisamente mediante esas asignaciones “para hacer obra social” y ello se tradujo en que luego le vendieron su participación en la referida casa editora, a nada más y nada menos, que a Roxana Baldetti.

No por gusto ha sido una tarea casi titánica averiguar las asignaciones que en años pasados se han hecho desde el presupuesto nacional a las ONG y por eso es que ahora los ciudadanos no conocemos cómo se compone ese rubro en el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el 2016.

Igual de sigilosos han sido con lo relacionado al Listado Geográfico de Obras que es el gran pastel que alimenta los negocios en el Congreso, además del pago de votos que hacen algunos amos del país a los que sí les legislan de forma exprés cuando ya se le va a vencer algún usufructo o derecho concedido por el Estado.

Mientras los guatemaltecos debatimos cómo se pueden fondear los hospitales, la lucha contra la impunidad y en general, las grandes necesidades del país, nada se dice de estas asignaciones que se realizan tan a dedo y de forma poco transparente. En estas condiciones, cada quetzal cuenta, no digamos cada millón.

Sin duda alguna habrá entidades que hacen una gran labor, pero también sería necesario conocerlas y ahondar más en sus quehaceres, porque si están haciendo una buena labor con el dinero del pueblo, quizá se pueda replicar o ampliar su modelo, y/o forma de operar, pero insisto, si no las conocemos eso es imposible.

En esta era de información en abundancia, usted tiene que entender que si no le quieren dar lo que pide es porque se desea esconder algo y generalmente ese “algo” se relaciona con temas de incidencia corrupta o de tráfico de influencias.

En estos dorados tiempos, ¿usted se ha puesto a pensar que no es nada difícil ni costoso habilitar una página de Internet en la que se hiciera disponible toda la información con las ONG asignadas y con todo lo que tenga que ver con el Listado Geográfico de Obras?

Ese tema no está en el radar de la opinión pública ni siquiera porque Baldetti, que anda vacacionando en los hospitales, nos puso este asunto en la mesa tras pagar una compra de acciones con dinero del Estado, a través de esas asignaciones a ONG.

El parte es sin novedad para la mayoría que clama por transparencia y más fondos para atacar los grandes problemas y es ahí donde muestran que para ellos, el tema de la transparencia y la lucha contra la corrupción es un puro discurso y una oportunidad mediática y eso va para dirigentes y voceros de grupos de poder, así como para diputados que aprovechan la coyuntura mediática para cosas triviales, pero no se animan a mojarse los pantalones para cosas que tocan grandes intereses.

Paradójicamente, esos que no se mojan con las cosas más duras, son los que nos dicen que hay optimismo y que vamos por buen camino.

Artículo anteriorLa sociedad civil debe presionar al Congreso de la República
Artículo siguienteEl comercio justo