Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es
“Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un esfuerzo constante” George Orwell
Recientemente se probó la reforma a la Ley de Migración, en la que se tipifica como delito el tráfico ilegal de personas.
La llamada “Ley Anticoyotaje”, que adiciona el artículo 108 bis establece: “Comete el delito de tráfico ilegal de guatemaltecos quien dentro del territorio nacional aun con consentimiento de cualquier manera promueva, guíe, ofrezca, instruya, planee, coordine o ejecute el alojamiento cuyo fin sea su ingreso ilegal a un segundo o tercer país”.
El fondo no se toca jamás, ¿Por qué miles de compatriotas migran a EE. UU.? Por ir a Disney no es, existen infinidad de factores por los cuales, éstos se han marchado del país, se marchan y se seguirán marchando, lo único que lograrán será que los coyotes cobren más, pero esta ley no evitará la migración, porque ante el fondo del problema se cierran los ojos.
En Guatemala no existen fuentes de trabajo, ni Políticas Públicas para tratar la problemática de la falta de empleo, según estadísticas del Banco Mundial, en casi la mitad de los municipios rurales del país, ocho de cada 10 personas son pobres, de acuerdo al Observatorio de la Economía Latinoamericana son consideradas pobres las personas que tienen ingresos de U$2.00 dólares diarios o menos (utilizando la paridad de poder adquisitivo) y extremadamente pobres a aquellas personas cuyo ingreso diario es de US$1.00 diario o menos.
Otra agravante de vivir acá para ese grueso de la población se encuentra en el alto grado de inseguridad, por ejemplo, de acuerdo a una noticia aparecida en PL, las hermanas Sara Fabiola y Karen Michelle González Rodríguez, de 15 y 17 años, respectivamente, fueron secuestradas, violadas y descuartizadas en el término de una tarde, la madre aún pudo hablar con una de ellas antes de morir de forma tan salvaje, estas noticias no son la excepción, desgraciadamente son la regla.
Ante el panorama antes descrito, sin oportunidades de trabajo, viviendo en extrema pobreza y ante la inseguridad que vive el ciudadano de a pie, ¿Qué significado tiene vivir en el país? Ninguno, las personas que migran al norte son todas las que no tienen incentivos para vivir acá.
La migración a EE. UU., especialmente, por lo tanto, no es una decisión superflua, ya que allá viven en condiciones infrahumanas también, pero mejor que acá, por eso vivimos el fenómeno de la migración en el país, y la ley recién aprobada, no será un disuasivo, para quien se ve obligado a salir de su patria, este viaje sin retorno muchas veces puede convertirse en pesadilla, pero aún con sus debilidades, siempre será mejor que vivir en Guatemala.
Es altamente decepcionante que el Congreso de la República apruebe leyes, que saben tanto ellos como la población a la que representan, que de entrada no serán cumplidas, solamente para congraciarse con el Imperio, pues la modificación a la Ley de Migración es con dedicatoria, aunque no lo enuncie expresamente, a Gringolandia, ¿Dónde se encuentra la trampa? Que los coyotes aumentarán su precio por el “peligro” de ser atrapados.
Pero lo más importante se encuentra en el fondo del problema, que se compone de la infinidad de causas, por las que los guatemaltecos ya no pueden seguir en el país, y esas causas no son atacadas, y no se trata de atacarlas por medio de la legislación, ya que la misma en incontables situaciones es igual al papel toilette: Tiene funciones específicas, y después es desechado.
Acá señores, en este pluricultural pedazo de tierra lo que se necesitan son acciones de corto, mediano y largo plazo, que no se resuelven por medio de crear leyes, la solución es de fondo, y se trata de cambiar el sistema de desigualdad en el que vivimos, por los siglos de los siglos, la ley, en general, tiene como objetivo el acceso al mayor valor que se puede aspirar: La Justicia, pero con crear nuevos delitos para quedar bien con otro país, cada día ese valor se encuentra más lejos.