Adolfo Mazariegos

Escritores guatemaltecos galardonados en el extranjero: El jueves o viernes de la semana recién pasada, leí con gran agrado la noticia de que en Francia se le concedió el premio Roger Caillois 2015 a Eduardo Halfon, escritor guatemalteco de origen judío, autor de obras como El ángel literario; El boxeador polaco; Monasterio; y los relatos de Signor Hofmann (su libro más reciente), entre otras. Asimismo, el pasado 28 de octubre le fue entregado en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México a Gerardo Guinea Diez, el Premio Práxis de poesía, por una de sus obras más recientes Poemas Irlandeses. Guinea Diez vivió varios años en México, por lo que seguramente recibir el premio en una ciudad que él conoce muy bien, resulta doblemente significativo. También, el pasado mes de octubre, Rodrigo Rey Rosa fue galardonado en Chile con el prestigioso Premio José Donoso 2015, por el conjunto de su obra, la cual, dicho sea de paso, ha sido una de las más sobresalientes de la literatura nacional e hispanoamericana de los últimos años. Sirvan, pues, estas líneas, como sincera felicitación a los galardonados y como un sencillo reconocimiento a su estupendo trabajo literario de tantos años que, sin lugar a dudas, engrandecen el nombre del país y reafirma que Guatemala tiene grandes literatos. ¡Enhorabuena!

¿Y los mosaicos de González Goyri? Mientras en el extranjero se reconoce el talento y trabajo de grandes artistas y escritores guatemaltecos, en el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala alguna persona ignorante, inconsciente o malintencionada (quién sabe), hizo desaparecer el trabajo en mosaicos del maestro Roberto González Goyri del frontispicio de un edificio localizado frente al parque Gómez Carrillo. Y como respuesta, lo único que escuché (por parte de las autoridades) palabras más, palabras menos, fue: “ojalá se dé con el responsable”. Señora Ministra de Cultura y Deportes, sé que usted está en el cargo de manera transitoria, que hace su mejor esfuerzo y que solamente debe terminar de la mejor manera el trabajo que dos exministros (de no tan grata recordación) no pudieron hacer. El más reciente, un ministro de “Cultura” que ni siquiera sabía quién diseñó el Teatro Nacional; y el anterior a este, alguien que, a pesar de ser originario de un departamento rico en arte y cultura (Chimaltenango), nunca hizo nada por su departamento. Pero ese es otro asunto. Lo cierto es que, en casos como este, del daño al trabajo del maestro González Goyri, es obligación suya, señora Ministra (sobre todo por ser usted alguien que ha bregado durante años en el campo de la cultura y las letras) pronunciarse y actuar de oficio realizando, al menos, las denuncias correspondientes, ¿acaso no existen los delitos en contra del patrimonio cultural? Por favor, véanse los artículos 59 al 62 de la Constitución Política de la República y tómense en serio.

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