Roberto Arias

Cuando un pueblo está lejos de Dios, no puede aspirar a recibir Su bendición. Un pueblo cuyos gobernantes y capitalistas, en contubernio, en una espiral descendente de bajeza y voracidad han tomado la corrupción como camino para saciar su avidez, sin importarles que han dejado a un pueblo paupérrimo sin la esperanza de obtener las condiciones mínimas de beneficio social o de oportunidades para salir de su miseria, únicamente puede esperar que Dios le dé la espalda cuando le pida su ayuda.

Dios, Jehová o Yahvé, es muy claro en su palabra, la Biblia, respecto a este tema. En el libro de Santiago (Reyna Valera 1960), conforme a la cita que hago a continuación, Dios nos razona con claridad sobre esta cuestión en su Capítulo 4: Stg 4:1 “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 4:2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 4:3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. 4:4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.”

Una sociedad que ha dejado a Dios por un lado y que cree que ir a una iglesia, de la denominación que fuere, a somatarse el pecho o a levantar las manos y pegar de gritos, es estar con Dios, es una sociedad equivocada. Para estar con Dios se le debe conocer; saber qué es lo que Él demanda de la humanidad relativo a su comportamiento y a su relación con Él.

Y para eso es necesario beber de la propia fuente inspirada por Él (La Biblia) y, a través del tiempo; del estudio; del análisis y de otros elementos que implican conocimiento, se logrará un acercamiento verdadero como para orarle, santificar Su Nombre, bendecirle y pedirle Su bendición individual y colectiva. Dios Yahvé o Jehová, el Creador de todas las galaxias y de la vida en la Tierra, es el único que conoce individualmente el corazón de cada quién.

El libro de Deuteronomio nos dice quién es Él y respectivamente, quiénes somos nosotros: Deu 32:4 “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto. 32:5 La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, Generación y perversa. 32:6 ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció. 32:7 Acuérdate de los tiempos antiguos, Considera los años de muchas generaciones; Pregunta a tu padre, y él te declarará; A tus ancianos, y ellos te dirán.”

Pero Dios nos proporciona soluciones espirituales como la cita de 2 de Crónicas que sigue: 2Cr 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”

Acerquémonos nosotros a Dios… para sanar a Guatemala.

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