Factor Méndez Doninelli
“Considerando. Que las mujeres guatemaltecas tienen derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los derechos humanos y las libertades consagradas en la Constitución Política de la República e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos, y que el problema de violencia y discriminación en contra de las mujeres, niñas y adolescentes que ha imperado en el país se ha agravado con el asesinato y la impunidad, debido a las relaciones desiguales de poder existentes entre hombres y mujeres, en el campo social, económico, jurídico, político, cultural y familiar, por lo que se hace necesario una ley de prevención y penalización.”
Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer. Decreto 22-2008.
Congreso Nacional. República de Guatemala.
Cabe mencionar que el 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, fecha que Naciones Unidas aprobó como homenaje a las tres hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, de nacionalidad dominicana, militantes revolucionarias, quienes debido a su beligerante oposición a la dictadura militar de ese país, fueron perseguidas, reprimidas, hasta ejecutarlas extrajudicialmente a golpes y flagelaciones por parte de esbirros al servicio del dictador de esa nación caribeña, el General Rafael Leonidas Trujillo. Minerva y María Teresa, sufrieron cárcel, violaciones y torturas en varias oportunidades. Pese a la represión, nunca doblegaron sus principios y convicciones, continuaron luchando en el intento por expulsar al dictador. El dictador Trujillo decidió eliminar a las hermanas Mirabal y las mandó a ejecutar el 25 de noviembre de 1960.
Históricamente, en Guatemala las mujeres también han sido reprimidas por dictaduras militares y siguen siendo vulnerables a la violencia, manifestada en diversas formas. La génesis de esta violencia es la estructura de la sociedad patriarcal, machista y misógina, por tanto, la superestructura jurídica del Estado está construida para favorecer la impunidad de esas conductas.
Pero a partir de la aprobación y promulgación de la Ley contra el femicidio que cito en el encabezado de esta nota, se intenta contener, prevenir y castigar las conductas violatorias de los derechos de la mujer, por tanto, referirse a la violencia contra la mujer, es hablar de delitos, pero también de impunidad y de tolerancia en el sistema de justicia con respecto a sancionar la violación de derechos que afecta a este sector social poblacional. En América Latina el país ocupa los primeros lugares de violencia contra la mujer.
Por otra parte, Oswaldo Enríquez Contreras, ministro de Trabajo y Previsión Social del Gobierno de facto provisional, reveló que en Guatemala más de 850 mil niños y adolescentes, de ambos sexos, están involucrados en las peores formas de trabajo infantil, citó como ejemplo, las actividades agrícolas, el comercio sexual y pornografía, economía informal y actividades peligrosas de todo tipo.
Mientras prevalezca la cultura de violencia, la impunidad y la intolerancia, es más difícil construir cultura de paz. Para la sociedad es una carga abrumadora, comprobar que la cultura de violencia acompañada de la intolerancia y la impunidad, es continua y hasta parece interminable. Aunque el fenómeno de la violencia actual no es nuevo, tampoco es el clamor de la población exigiendo seguridad y justicia, otra demanda social insatisfecha.