El editorial de ayer en La Hora fue escrito antes de que se supiera que, nuevamente, un juzgador se muestra complaciente con el señor Arnoldo Medrano, eterno cacique y alcalde de Chinautla, favorecido por enésima vez por resoluciones judiciales que le permiten seguir gozando de libertad a pesar de los señalamientos en su contra formulados por el Ministerio Público debido a los manejos financieros de la comuna de ese municipio.

Hablamos ayer del tema de cómo subsisten los hilos de la impunidad porque toda la estructura montada desde el momento en que se integran las cortes y, por ende, se conforman los tribunales ordinarios, ha permanecido sin ser alterada en absoluto y, peor que eso, se niega la posibilidad de una real reforma al sistema de justicia porque algo así requiere de recursos y ya se vio como la clase dominante en el país dijo rotundamente que no a don Iván Velásquez cuando éste planteó la idea de un impuesto temporal para sufragar los gastos de la lucha contra la impunidad y contra la corrupción.

Como ha hecho Medrano terminarán haciendo los otros sindicados de delitos de corrupción, porque al fin y al cabo entre los procesados están los que fueron los “operadores políticos” del gobierno de Pérez y Baldetti para dirigir el proceso de elección de magistrados tanto de la Corte Suprema de Justicia como de las Salas de Apelaciones, y por ello es que subsisten los jueces que merecen ser llamados de la impunidad, más por sus actos que por señalamientos que pudiera haberles hecho el anterior comisionado de la CICIG.

Los corruptos saben que es cuestión de tener paciencia y esperar la ventana de oportunidad que se presenta cuando por alguna razón queda a cargo del caso un juzgador proclive a resolver a favor de los sindicados. Señalamos ayer el caso de los banqueros de Bancafé como una muestra de lo que se tiene que hacer para lograr una medida favorable, pero mientras nosotros escribíamos del problema, en un tribunal se ponían de acuerdo Medrano con un juez para lograr que fuera dictada una medida sustitutiva que le permite al amo de Chinautla volver por sus fueros y seguir dirigiendo tranquilamente sus asuntos en libertad.

La lucha contra la impunidad demanda recursos y compromiso que vaya más allá de la retórica, dijo el comisionado Velásquez, sin imaginar cuán pronto se probaría cierta su afirmación por el fallo de un juez que se pasa la lógica procesal por el arco del triunfo para quedar bien con un procesado que puede pagar mucho más que la fianza para lograr su libertad.

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