Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
Anoche no era día para ver futbol y menos mal futbol, porque los acontecimientos en Francia eran demasiado serios como para que uno pudiera desconectarse de la realidad y consumir esa especie de opio que es la competición deportiva. Pero a sabiendas de que no había muchas esperanzas, como muchos chapines seguí por televisión el juego, escuchando la narración en español de Andrés Cantor y los comentarios del futbolista mexicano Carlos Hermosillo.
La gente asistió emocionada y esperanzada al Estadio Mateo Flores para ver jugar a un equipo “histórico” pero por la veteranía de muchos de sus integrantes. En algún momento del partido Hermosillo dijo que con todo respeto tenía que decir que viendo jugar a Guatemala se le hacía estar viendo un partido de la liga de veteranos por la falta de condición física y lentitud de la mayoría de los participantes en nuestra selección.
Aquella frase de que jugamos como nunca y perdimos como siempre volvió a escucharse entre los aficionados y no tardó el público en indignarse luego del gol para empezar a pedir la cabeza de Sopegno, el técnico que sin duda por necesidad económica se hizo cargo de dirigir a un conjunto de futbolistas que no tienen mucho que ofrecer. Ese mismo Hermosillo, muy certero en sus comentarios, dijo que le parecía injusto porque un entrenador tenía que trabajar con los elementos disponibles y que los guatemaltecos teníamos que entender que por el momento (y desde hace mucho digo yo), no tenemos equipo para participar en este tipo de competencias mundialistas.
El problema es igual al del país. Pretendemos resultados distintos haciendo exactamente lo mismo y así como anoche la gente se encedió y la emprendió contra el entrenador de la selección, dentro de poco veremos reacciones airadas contra el próximo gobierno. Pero no entendemos que aquí no ha cambiado nada, que como en el futbol, si seguimos con la misma estructura, el mismo sistema, tendremos siempre los mismos resultados y eso es ley irrefutable.
Para que el futbol de Guatemala tenga una diferente perspectiva hay que cambiar por completo su estructura y dirigencia, saliendo de los mercaderes para establecer un mecanismo de formación de jóvenes inspirados en ejemplos de otros países donde ha habido inversión seria en la formación de atletas. Nicaragua, Panamá y Belice que fueron cenicientas de la región han mejorado y mucho, mientras que nosotros vamos como el cangrejo mientras los dirigentes ad honórem (como no Chón) se siguen peleando por el hueso.
Lo mismo nos pasará como país, puesto que cambiar presidente es como cambiar entrenador y aunque se trajeran a Guardiola, Guatemala no daría un paso adelante porque no hay jugadores y el Pescado sigue siendo el gran referente.
Si no cambiamos la forma de hacer las cosas todo seguirá igual y dentro de poco se estarán oyendo gritos contra el nuevo “entrenador” porque aunque fuera un genio, aunque fuera un mago, al tener que trabajar con las reglas existentes y con los políticos existentes, terminará siendo otro más dentro del ya largo montón que pararon de largo porque el sistema está montado para alentar la corrupción.
Por esa nuestra “Sele”, como dicen algunos, es un buen espejo para vernos.