Juan de Dios Rojas

Lleva tiempo largo que en diversos sectores capitalinos el agua, líquido vital entubado, no contiene cloro. Aun cuando la urbe en vías ostensibles muestra un crecimiento fenomenal no indica tenga dicho elemento indispensable en protección salubrista. Sobre todo, ahora que el problema contaminante abarca con su cauda de males, el peligro se incrementa y mortifica demasiado.

Riesgo e inconformidad a las claras donde existe, sea como sea, empero carente del aludido cloro las cosas muestran ausencia notoria, pese al cuidado de los habitantes aquí y allá. Mayormente hoy por hoy tiene presencia otra dificultad en grande; aludo a la terminación definitivamente de la canícula. Las lluvias torrenciales presentes en todo el territorio nacional exigen cloro.

Si pasan trabajos familias numerosas en abundante número de niños, la complicación del agua entubada sin cloro incrementa fuertemente tal carencia, por lo visto sin visos de solución inmediata. Quienes más, quienes menos, ponen el dedo en las llagas. Desde tiempo atrás, diversas administraciones municipales, la población les pide a gritos: agua, transporte, salud y algo más.

Dicho algo más tiene denominación el enorme problema de introducción de más caudales concernientes al líquido vital, más y más escasa cada vez. Ahora se siente también la falta de cloro, a donde llega entubada. El desarrollo que apareja crecimiento visible lleva rumbo de más cuantía en la capital de Guatemala de la Asunción, poblada en los cuatro puntos cardinales de verdad.

Vuelvo a mencionar esta última carencia de proyección a la vista de propios y visitantes en calidad de turistas, ávidos de solazarse de los atractivos que Guatemala en general ofrece, sobre todo tocante a la capital con ese lugar, calidad deficiente. Deseable viene a ser que la recién reelecta alcaldía capitalina le encuentre pronto la debida e inaplazable solución.

Si ahora en el interior, merced a la ayuda contante y sonante que todas las corporaciones edilicias reciben, tratan de mejorar el asunto vital del agua, por ejemplo, está siendo bien visto. Luego entonces no es posible que la corporación municipal capitalina continúe con el aludido caso de agua entubada sin cloro. Nadie puede negar la actitud mostrada en los recientes casos por la voz de un núcleo poblacional cansado de tanta corrupción y restantes problemas.
Creemos con firmeza que la Muni capitalina no mostrará sordera, confiamos ver con nuestros propios ojos que su comportamiento inmediato atendió esos clamores de día en día crecientes con fuerza inusitada. Siempre ha sido el ejemplo visible en el término de la distancia, acortando el tiempo, en beneficio de los moradores de nuestra capital airosa y satisfechos podrán notarlo a la mayor brevedad, terminando el actual problema sanitario. ¡Adelante!

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