Rolando Alfaro Arellano

“No preguntes que puede hacer por ti tu país,
si no que puedes hacer tú por tu país”
(J. F. Kennedy)

En los últimos meses la población de Guatemala estuvo inmersa en una vorágine de pasiones, desde exigirle a los pasados gobernantes que renunciaran hasta la culminación del proceso electoral y cuyos resultados están a la vista de todos.

Sin embargo, con suma extrañeza hemos podido notar que algunos medios de difusión escritos y televisivos, como que si nada, han venido difundiendo posiciones sumamente extrañas y faltas de nacionalismo. Ello, porque ya se cumplió con el proceso electoral y se eligieron a los nuevos dignatarios de la nación.

Pareciera que muchas personas comen ansias y sin que constitucionalmente, los nuevos gobernantes hayan tomado posesión de sus cargos, sin ninguna consideración, se les viene exigiendo nombrar a sus colaboradores y demás funcionarios; lo que es ilógico, porque todas esas exigencias según la ley de la materia, se deben hacer después de que tomen dichos funcionarios, posesión de sus cargos, o sea el l4 de enero de 2016.

Lo que si es éticamente exigible es que la ciudadanía colabore para facilitar más las cosas y no obstaculizar la transmisión del mando, ya que no por mucho madrugar amanece más temprano.

Asimismo, la ciudadanía debería hacer examen de conciencia, eso sí, en sugerir que es lo que más daño le han hecho a la patria; que es lo más urgente resolver, quienes tienen capacidad para el trabajo honorable, y sobre todo, que amen a nuestra Bella Guatemala. Eso es ser buen ciudadano.

En consecuencia, el tema es por demás de un sentido progresista y no alarmista, y eso sí, fijarse bien que ciudadanos están éticamente aptos para ocupar cargos públicos, pues todos sin excepción, estamos expuestos a la opinión internacional y local.

Y recordarle a aquellos que presumen de ser políticos, lo que expresara el gran estadista:

Winston Churchill: “El buen político es el que antes de ser elegido sabe decir a sus electores todo lo que debe hacerse en bien del país, y después, al terminar su mandato, saber explicarles por qué no se hizo lo que debía hacer”.

Finalmente, auguramos que, en verdad, nuestra Nación inicie una etapa más sana y próspera dejando a un lado, la ignorancia, la ignominia, la deslealtad y la bajeza humana.

GUATEMALA ES PRIMERO.

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