Fernando Mollinedo C.

En la etapa de la “dictadura perfecta”, un gobernador del norte del país realizó, durante la segunda mitad de su gobierno, un recorrido por la cárcel que estaba construyendo su administración cerca de una zona de paradisiacas playas de aquella “imaginaria” entidad. Cuando se acercó el encargado de la obra para escuchar las observaciones correspondientes, quedó sorprendido ante la respuesta del mandatario. -Está bien, ahora alfombre las celdas de esta área, vea que se instale una cancha de tenis, una alberca y un asoleadero.

Metros más adelante uno de los hombres de “mayor confianza” del singular personaje, le dijo: -Señor, no es exagerado tanto lujo, ¿por qué no ampliamos la secundaria de la ranchería en casa de la Ch…? sin inmutarse el mandatario contestó: “Baboso, a la escuela no vamos a regresar, a la cárcel quién sabe…

¿Por qué en esta Guatemala inmersa en la amnesia y la mentira, la existencia de militares demócratas y progresistas es uno más de los muchos agujeros negros que perforan el pasado reciente? ¿Por qué el pensamiento radicalizado a que todo movimiento popular es comunista, faccioso, insurrecto, socialista, enemigo, guerrillero o narco político? ¿Cuándo irá a cambiar el pensamiento de la Escuela Politécnica para enseñar a sus estudiantes qué es verdaderamente Patria?

Es inconcebible que en un país donde se toleran casi todos los desahogos fascistoides de los militares más recalcitrantes, donde se silencian los casos de corrupción en el seno del Ejército y del sector añejo de la sociedad, donde los abusos de poder y el acoso sexual se eliminan expulsando a las víctimas, donde un manto de silencio disimula cualquier inconveniencia… no exista un militar nacionalista que se distinga de sus compañeros.

La democracia con miedo en la que vivimos; la corrupción, la impunidad y el cinismo de los gobernantes son los factores más reiterativos para que el pueblo se organice y proteste por diferentes medios y formas; la historia de quienes cometen delitos de alto impacto estriba en que el Estado fue omiso o transformó su estructura social en beneficios personales o familiares.

Estos temas que tienen que ver con el verdadero objetivo de un gobierno democrático que busque consolidar una soberanía, reconstruir un tejido social, asegurar un estado de derecho y en lo económico provocar un equitativo reparto de la riqueza. El Organismo Legislativo debe ser contundente con la sociedad emitiendo leyes para el adecuado funcionamiento del Estado incluyendo la vigilancia estricta al erario de la nación.

Para muchos habitantes del país, la podredumbre de la sociedad, la porquería, se expresa de manera cruda en el aparato de administración de justicia, pues no existe la más mínima idea de lo que implica su recta aplicación.

Los funcionarios públicos, que reciben sus sueldos de la ciudadanía y cuya función tiene que ver con la atención a los problemas de la polis, del bienestar social, son los primeros en involucrarse, buscando sacar el mayor provecho del ejercicio de su poder.

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