Grecia Aguilera

Al llegar la tarde, una de las cosas que más me gustaba era interrumpir la lectura tan concentrada que tenía mi señor padre, el filósofo don León Aguilera, diciéndole: “Papi, ya vino La Hora…” “Bueno chiquitilla, léame el titular…” me contestaba. Ahora que soy columnista de este diario, que cumple 95 años de exitosa labor activa y heroica, siento una gran satisfacción de poder escribir y expresar así el cariño que siempre le he tenido a diario La Hora, porque en mi casa se esperaba con ansia, junto con el recordado diario El Imparcial, especialmente porque ambos periódicos publicaban las noticias más relevantes y de último momento para ser leídas el mismo día en la tarde. En el año de 1920 Clemente Marroquín Rojas fundó diario La Hora, con un alcance futurista que ha llegado hasta hoy como una necesidad dentro de la tromba de injusticias y corrupción que ha vivido Guatemala a través del tiempo, y que este vespertino ha denunciado con valentía. A partir de su creación ha pasado por 4 épocas. La cuarta época comenzó hace 71 años, el primero de noviembre de 1944. Don León Aguilera escribió en una de sus Urnas del Tiempo: “En Clemente Marroquín Rojas se funden tres vigorosas personalidades: el periodista, el político y escritor. Tres distintas en una sola; de la trimurti el periodista alcanza la cima de 50 años de recio y tempestuoso ascender intelectual. Periodista no de escuela, no de técnica aprendida, no de cartabones prescritos.” Y continúa: “La Hora es Clemente Marroquín Rojas, es el ceño de su intelecto, su cólera, su diatriba contra lo que encuentra malo a su paso… Clemente puede como escritor resumir una obra total que marcha paralela a su periodismo. Y si es política, está en su periodismo. Cuando el tema lo sugiere escribe hondo y documentadamente, es historia, y cuando vierte un ácido buen humor es la espina que hiere y la rosa que acaricia.” Y cuando en el año de 1978 Clemente Marroquín Rojas fallece, don León Aguilera escribió en su Urna titulada “Clemente el Grande”: “Clemente se ha ido. No vuelve. ¡Cuidado! La Hora vive como su monumento en marcha y están sus cachorros. Ahora entra en la leyenda y la historia y queda como ‘Clemente el Grande’, de las letras de belicismo cívico.” Y se ha cumplido al pie de la letra, la visión de su fundador, porque diario La Hora continúa siendo la voz de la verdad en manos de sus sucesores. Por ejemplo, en su página “Es La Hora de” del día jueves 5 de noviembre de 2015, leemos: “La corrupción se consume el dinero de los contribuyentes y enriquece a unos pocos/ Apoyemos la cruzada de la CICIG y el MP contra la corrupción…” Uno de los artículos que más revuelo causó en mi casa fue el titulado: “Con María del Mar en mi vieja casa de Jalapa”, escrito por Clemente Marroquín Rojas y publicado en diario La Hora, en 1965. Mi señora madre, María del Mar, me contaba esta historia y recordaba que ese día no dejó de sonar, el que ahora es para mí, un antiguo teléfono de disco marca Siemens. Además las personas que la llamaban únicamente se referían al titular de la nota, que en una parte manifiesta: “Ya me imagino la cara agria que va a poner don León Aguilera al leer este titular. Pero es la verdad: María del Mar estuvo conmigo en mi casa de Jalapa y creo que estuvimos contentos. Pero no vaya a creer Leoncito que ella y yo estuvimos solos cual si se tratase de una cita amorosa. No señores, nada de eso. Había más de 30 personas de las que asistieron a los actos de ‘Acción Conjunta’, plan de trabajo que dirige doña Moli Molina (Elisa Molina de Stahl) al frente de la Secretaría de Bienestar Social.” Y agrega: “Ya estoy pensando que los lectores iban a creer otra cosa.” Sean estos recuerdos un homenaje a diario La Hora, en sus 95 años de fundación.

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