Juan de Dios Rojas
Característica a ojos vista, también se deja sentir hasta la saciedad y causante de lamentables escapes de la naturaleza imperante, tiene presentación sin mayores preámbulos. En resumidas cuentas todo resulta sin control, a la vanguardia la población multiplicada a la enésima potencia. Ejemplos abundan a modo de prueba tajante, escapada a una evaluación, antes ya fija.
Para estar congruente con el aludido adelanto del reloj, el conglomerado sigue bajo dicha característica. Así sea la locomoción a prisa, con las honrosas excepciones del grupo respetable del adulto mayor. Rápida caminata a efecto de abordar el transporte público, pese a viajas estilo sardinas, amén de malos tratos del piloto y ayudante, a fin de llegar puntual a su trabajo.
Cuando menciono tal adelanto del reloj del tiempo, los casos distan de mera manera de fregar la pita. Adueñado el clima y de posiciones fijas nos vemos en la necesidad de recalcarlo más y más, por aquello de las dudas. Tiempo adelantado, clima en las mismas circunstancias evidentes. Las inclementes lluvias semejantes a compuertas abiertas, nos empaparon hasta los huesos.
Enseguida, análogo parecido de principio a fin, sobrevino, igual de adelantado el sofocante calor, capaz de originar lo denominado «Corredor Seco» en departamentos de oriente. Su duración demasiado prolongada como interminable padecer en la producción de granos básicos, máximo el Padre nuestro maíz, elogiado en abundantes metáforas del poeta Werner Ovalle López en Quezaltenango.
Movió a la consideración de quienes cultivan toda su existencia, ver las muestras arruinadas totalmente, solamente fracciones de elotes aferrados a la inútil milpa, sin fuerzas siguiera de medio moverse en un último adiós de las milperías; un día la esperanza de quienes laboran con ahínco la tierra visiblemente rajada, debido a la temible canícula también prolongada.
Transcurre la anterior etapa al ritmo del clima y su reloj adelantado de nuevo, tras el anterior caso canicular, aparece algo opuesto, otras lluvias torrenciales sin piedad, volando techos y restantes destrozos en contra de las viviendas informales, debido a la economía de pobreza extrema de cuantificables familias de connacionales, aún asentados en sitios de peligrosidad.
Y continúa el clima irregular, junto al adelanto del reloj del tiempo indiscutible no da marcha atrás, como consigna de miembros activos, a veces mucho más exagerados de los gremios sindicalistas, cuyo propósito invariable evidencia los plantones frente a dependencias gubernamentales y sus poderes; tomas de carreteras que impiden la circulación en el sistema vial del país.
No dejamos olvidado el clima con el reloj del tiempo adelantado siempre, diga lo que digan en sentido contrario. Ya se siente la proximidad de la época fría, característica conocida de fin de año, como sus conmemoraciones tradicionales, verbigracia: Las Posadas, nacimientos y los extranjeros arbolitos y una exótica ornamentación de la vivienda, que antecede a Noche Buena, Navidad y Año Nuevo.