Factor Méndez Doninelli

«…acceso a la información fiable y de calidad es la piedra angular de la democracia, el buen gobierno y las instituciones eficaces.»
-Naciones Unidas, 2013.-

En Guatemala estamos acostumbrados a las sorpresas de operadores y administradores de Justicia, quienes siguen avanzando, acometiendo contra estructuras organizadas, corruptas e impunes. Por primera vez en la historia del país, los órganos operadores encargados de la investigación criminal, Ministerio Público (MP) y Policía Nacional Civil (PNC), anotan a su favor resultados positivos en materia de combate a estos perversos fenómenos sociales.

Reconocemos que el éxito alcanzado es debido al acompañamiento de la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG), entidad supranacional dependiente de la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Entendemos que sin el apoyo de fiscales, investigadores y expertos internacionales esa faena hubiera sido difícil de lograr. Es la razón porque actualmente la mayoría de la población tiene opinión favorable sobre el trabajo de la CICIG y el MP.

En el mismo sentido se mueven los administradores de Justicia. Magistrados y Jueces cumplen su trabajo, hacen avanzar procesos contra altos exfuncionarios de los tres poderes del Estado, alcaldes, empresarios, testaferros, cómplices y hasta sus propios colegas, envueltos en actos de corrupción y redes criminales impunes.

La solidez de los casos, la contundencia de las pruebas e identificación de responsables integrantes de grupos ilegales, evidencia el profesionalismo, ética y probidad de los investigadores, esas condiciones explican los éxitos logrados hasta hoy. Los descubrimientos han desarticulado bandas criminales, muchos esperan juicios privados de libertad, algunos siguen prófugos ansiosos por conservar y prolongar la impunidad que hasta ahora los cobija.

Otro elemento de análisis es el papel ejercido por la ciudadanía y la población, atentas al actuar de funcionarios públicos, dispuestas a mantener auditoría social, a denunciar y exigir cumplimiento de la Ley, no dejarse engañar por retórica vacía y promesas falsas, advertir que somos conciencia crítica, intolerantes con la corrupción e impunidad. Es un ejercicio de nueva ciudadanía que se niega a ser manipulada, que de ser necesario volverá a tomar calles y plazas para hacer oír su voz y hacer sentir su inconformidad.

Hablando de impunidad, esta semana (2 de noviembre) se conmemoró el Día Mundial contra la Impunidad de los crímenes contra periodistas, proclamado por la Asamblea General de la ONU, según Resolución A/RES/68/163 adoptada en 2013. La fecha se escogió en conmemoración del asesinato de dos periodistas franceses en Malí el 2 de noviembre de 2013.

Esta resolución pide a los Estados miembros medidas concretas contra la cultura de la impunidad. El enfoque en impunidad se debe a la preocupante situación mundial que en la última década, dejó más de 700 periodistas asesinados por informar al público. En 2014, el Director General de UNESCO, condenó el asesinato de 87 periodistas, trabajadores y productores de comunicación social. Mientras que 2012 fue el año más mortífero para los periodistas, 123 casos se denunciaron.

La resolución condena los ataques y violencia contra periodistas y trabajadores de los medios. Insta a los Estados miembros a que hagan todo lo posible para prevenir violencia contra periodistas y trabajadores de la comunicación, así como, garantizar que las víctimas tengan acceso a recursos adecuados. También, exhorta a promover un entorno seguro, sin interferencias y propicio para los periodistas que realizamos trabajo de forma independiente.

Artículo anteriorJuez autoriza traslado de Baldetti a un hospital privado
Artículo siguienteEl hambre, movimiento perpetuo