Juan José Narciso Chúa

En estos tiempos en los cuales a cada momento se destapan más redes de corrupción se hace más evidente que ya no es únicamente «La salud es un negocio», frase que cruzó uno de los implicados en el caso de «Negociantes de la Salud», sino que al final de cuentas para muchos «el Estado es un Negocio», con lo cual queda develado que justamente el Estado pasó de ser un ente que articula las diferentes interrelaciones sociales, políticas, económicas y culturales en una sociedad, a únicamente una arena en donde se ponen de acuerdo un montón de intereses particulares para generarse rentas o fortunas completamente ilícitas, utilizando las instituciones públicas y para lo cual se movilizan, cual si fueran piezas de ajedrez, a distintas personas que ocupan puestos dentro de la administración pública, para asegurar no sólo que el negocio se concretice, sino además con ello contar con auténticos pactos de silencio aceitados a través de generar fortunas para todos los implicados.

Con ello fácilmente se puede demostrar que el Estado ha sido entronizado por intereses particulares y perversos que buscan todavía hoy, convertirlo en un nodo de corrupción, incluso planificado desde el interior del propio Estado, con personas que ocupan un puesto de alto nivel como lo es el anterior Secretario Privado de Álvaro Colom y que seguramente este tipo de actuaciones no son nuevas y conducen a otras personas que también fueron funcionarios de anteriores gobiernos y que hoy gozan de la impunidad disfrutando de sus propias fortunas.

Esta situación guarda estrecha relación con lo que recientemente ocurrió en el propio IGSS, cuando su actual Junta Directiva intentó vedar la toma de posesión como representante de la Universidad de San Carlos, el profesional Edgar Balsells, únicamente basado en argucias reproducidas por la vocera de esa institución. Pero dónde estará la dignidad de los representantes de diferentes instituciones que conforman esta junta directiva, para que ninguno de ellos saliera a demostrar su indignación con una actitud como la que se tomó en contra de Edgar Balsells, sino que al contrario aceptaron indignamente y callaron. Pero cómo el representante de la Banca Central, del Colegio de Médicos, de los sindicatos actuó en forma que únicamente da vergüenza y no dijeron absolutamente nada.

¿Qué habrá detrás de esta actitud?, ¿qué se esconde ante una triquiñuela barata y gacha como la mencionada?, ¿qué cosas se pretenden ocultar?, seguramente lo único que se puede pensar es mal, ¿verdad lector? ¿Qué sabe el actual presidente de la Junta Directiva del IGSS, un orondo funcionario del gobierno corrupto de Otto Pérez?, pero más allá de ello, ¿qué pretendía evitar que ocurriera con la llegada de Balsells a esta directiva? Al final la Usac dignamente apoyó su nombramiento y recurrió a las instancias legales para que finalmente tomara posesión, pero quedó una duda razonable enorme, se dejó abierto un signo de interrogación que uno no sabe hasta dónde llega la podredumbre y la corrupción. Que difícil para Edgar enfrentarse a una directiva adversa y vergonzante en donde se toman o pretenden tomar decisiones que seguramente estarán llenas de opacidad y duda.

El país demanda de nuevas actitudes y de cambios en la forma de administrar la esfera pública, justamente para romper con un pasado y presente lleno de oscuridad, de funcionarios que únicamente llegan a servirse y enriquecerse porque aquellos que actúan honradamente son vistos como sujetos raros, extraños que no sirven para los intereses particulares que buscan seguir utilizando al Estado y con ello continuar su erosión permanente. Buena suerte en este nuevo reto Guzy.

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