Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Alguien me dijo que era demasiado pesimista mi previsión de que el año entrante sería muy complicado en el tema financiero y que al futuro gobierno le podría estallar una bomba por la combinación de baja recaudación fiscal, altos gastos de funcionamiento derivados de los pactos colectivos y el cada vez más pesado servicio de la deuda pública, todo ello sin mencionar la corrupción. Los hechos demuestran que, al contrario, fui demasiado optimista porque la bomba ya estalló y si no se consiguen mil cien millones de quetzales para cubrir las obligaciones con los acreedores de aquí a fin de año, simplemente nos llevó la tiznada.

El presidente interino del Banco de Guatemala y de la Junta Monetaria, Sergio Recinos, dijo ayer que “es peligroso no pagar la deuda” porque caeremos en la lista negra y nos cerrarán las ventanillas para futuros créditos, pero no dijo ni pío de la servil opinión que emitieron recientemente afirmando que nos podemos seguir endeudando sin problemas porque todavía hay capacidad para hacerlo. Increíble, es lo menos que se puede decir ante la irresponsabilidad de quienes votaron a favor de esa opinión emitida por la Junta Monetaria que preside ese señor Recinos.

Resulta que ahora el Ministerio de Finanzas no está en manos de un político sino de un “técnico” que ha hecho carrera en esa dependencia y se supone que es un conocedor de la materia. El señor Carías terminó siendo ministro porque nadie le aceptó a Pérez Molina ese camote porque todos sabían que tendría que ser el agente comercial de la señora Baldetti que daba órdenes sin ton ni son con el único interés de acrecentar su fortuna con los recursos públicos.

Ayer se comunicó a la población que estamos sin recursos para pagar la deuda. No es simplemente un tema presupuestario como lo trató de hacer ver el Viceministro de Finanzas, puesto que si bien no hay asignación o partida para pagar la deuda, eso no es lo más importante ni lo fundamental. Lo crítico es que aunque hubiera “espacio presupuestario”, como decía el Ministro de Finanzas de Colom, de todos modos no hay pisto y eso es lo verdaderamente grave.

Al país lo pusieron en trapos de cucaracha los corruptos que se embolsaron miles de millones robando en todo el giro de las instituciones del Estado, pero también tienen gravísima responsabilidad los que firmaron los pactos colectivos de trabajo que, por ejemplo, permiten que un conserje en el Congreso gane más que un diputado y, de ajuste, que pueda heredar su plaza en caso de fallecimiento a un pariente para que siga la espiral incontenible de privilegios.

Con la moral tributaria quebrada, con harta razón, las perspectivas no son para nada alentadoras y no es que se nos vengan tiempos difíciles. ¡Estamos ya en una profunda crisis!

Y mientras tanto, los expertos enviados por el Presidente Electo para conocer el tema presupuestario en el Congreso, se la pasaron chateando en sus celulares mientras los “técnicos” exponían la situación. Posiblemente dada la calidad de nuestros técnicos no se hayan perdido mucho, pero no mostraron interés por profundizar en el tema. Por todo ello repito, que Dios nos coja confesados.

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