Gladys Monterroso
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“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.” Mario Benedetti

Las elecciones pasadas, las ganaron: El antivoto, la esperanza, el estatus quo y el ejército.

En un proceso electoral atípico en la historia del país, el primer ganador fue el antivoto contra el sistema político que se había constituido bajo una práctica, que, desde el 25 de abril, fue cambiando, sin que la política tradicional se diera cuenta, primero mediante manifestaciones pacíficas en contra de la exvicepresidenta, logrando el primer objetivo, la población se dio cuenta del poder de las masas, y fueron aumentando sus demandas, tanto físicas como en las redes sociales, y todas se fueron cumpliendo, terminando con el #NoTeToca, grito de guerra que terminó primero con la posibilidad de llegar a la presidencia de Manuel Baldizón, y posteriormente con Sandra Torres, la población se decantó, por un candidato aparentemente sin experiencia política, y los medios de comunicación tradicionales también, ¿Por qué aparentemente? Porque ya había hecho sus pinitos como candidato a alcalde de Mixco, pero al no haber ejercido el Poder Público, se convirtió en el exponente del antivoto, ya que fue la primera vez que corrió para la presidencia, y en este momento es el Presidente electo para el período 2016-2020.

Otra ganadora en el proceso electoral, fue la Esperanza, porque muchas personas cansadas de un sistema político fallido y fracasado por sus propios pecados, creyeron y creen ver en un candidato joven, (46 años) que no era reconocido políticamente, una esperanza para que el país salga del pozo en el que hemos ido cayendo, en el transcurso de 30 años de historia “democrática”, muchos, principalmente los jóvenes menores de los 30 años, esperan con esperanza que alguien sin los vicios del pasado, inicie una era de cero corrupción, y realice el milagro de salvar al país, por lo que fueron muchos los que votaron, no contra otro candidato, votaron con fe, esperanzados en un futuro mejor, y así se encuentran.

El estatus quo, al ver como emergía casi de la nada, un candidato que fue creciendo como espuma, por la rapidez con la se fue colocando dentro de los primeros lugares, le tendieron la mano, por medio de lo más importante que necesita un candidato: La comunicación, tan es así que Ángel González, entre otros lo apoyaron, al descubrir el potencial que tenía para llegar a la presidencia, un candidato novato, pero cae bien, sin aparente pasado político, y principalmente apoyado por las masas, e iniciaron la estrategia de acercamientos, con el que se perfilaba ya como un fenómeno político, y pusieron los huevos que les quedaban en una canasta, que era la última posible, pero por algo atraía, ¿por qué atraía? Al estatus quo no le importa, lo que le importa es mantener su hegemonía, y se lanzaron a la aventura.

El ejército y el candidato, no tenían nada que perder y sí mucho que ganar, cuando iniciaron la aventura en conjunto, ya que el FCN, intentó hace cuatro años lanzar candidato a presidente y demás propuestas, pero no cuajo, por lo que la alianza se llevó a cabo sin muchas expectativas, probablemente pensaron en algunas diputaciones, sin embargo el hastío de la población ante tanta corrupción, sumado a que todos los candidatos conocidos llegaban hipotecados, no le permitió a la misma, o no quiso analizar, quienes le impulsaron.

Conclusión: Nos enfrentaremos a un conjunto de personas, sin plan de gobierno definido, a corto, mediano y largo plazo, con un gobernante que puede ser buena personas o no, no lo sé porque no le conozco, pero que lleva sobre su espalda una gran carga: Las ilusiones de un país golpeado fuertemente por la pobreza, la falta de educación, salud, trabajo, seguridad y vivienda, sumado a ello la corrupción campante en las administraciones desde la era “democrática”, hasta la última, pero ante todo beligerante, que sabe que tiene el poder y que contrata a quienes le gobiernan, en pocas palabras a un país que está ante todo: Vivo.

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