No deja de ser inaudito que la Junta Monetaria dictamine a favor de financiar el Presupuesto General de la Nación con la contratación de más deuda porque esa institución, rectora de la política monetaria del país, tiene que saber mejor que nadie que estamos en una situación de peligro por el aumento de lo que se tiene que destinar al servicio de la deuda mientras los ingresos fiscales son realmente bajos y la relación deuda ingresos es ya demasiado alta.

Con relación a nuestro Producto Interno Bruto (PIB), el nivel de la deuda no es alarmante, pero cuando se toma en cuenta que Guatemala es el país del continente con menor tasa de recaudación con respecto al PIB, tenemos que asumir que hay problemas en el horizonte para cubrir las obligaciones derivadas de la contratación de deuda. Y otro factor que los señores de la junta Monetaria tienen que asumir es que el costo de la deuda interna es elevadísimo desde que gracias a una sucia maniobra se modificó la Constitución para prohibir al Banco de Guatemala actuar como agente financiero del Estado, recetando a la banca privada el negocio de ser prestamista del sector público a tasas de interés que, en comparación con las que cobraba el Banco de Guatemala, pueden considerarse leoninas.

Que los palurdos del Ministerio de Finanzas decidan elaborar un proyecto de Presupuesto que depende de la deuda pública se entiende. Pero que la Junta Monetaria dictamine a favor de la contratación de deuda los deja en mal predicado porque todos sabemos que es deber de ese cuerpo de dirección disponer de las medidas para mantener bajo control la inflación, pero cuando hacen lo que ahora están haciendo comprometen la salud fiscal del país y la estabilidad macroeconómica que ha sido siempre un fuerte de Guatemala.

El representante de la Universidad de San Carlos tuvo el tino y el talento de votar en contra y razonar su voto. El suplente de la representación del Congreso también advirtió sobre la irresponsabilidad de los que votaron a favor. Hay que ver qué dicen los sectores empresariales que están representados y cuyos delegados votaron para endeudar más a los guatemaltecos. Porque la Junta Monetaria, integrada por funcionarios de Estado y por representantes de entidades privadas, tiene un deber moral para actuar responsablemente en el control de aquellas situaciones financieras que podrían significar un desequilibrio que al final afecte a toda la población. Lo ocurrido ahora es un acto vergonzoso por la irresponsabilidad que entraña comprometer recursos inexistentes para el pago de la deuda.

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