Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

En la original Línea, aquella a la que sus clientes acuden en busca de placer efímero, existe más lealtad que en la que conformaron Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti; de eso que no le quede la menor duda.

Dentro de esa estructura, los enlaces y mandaderos del 1 y la 2, eran Salvador González, alias Eco y Juan Carlos Monzón, quienes se han vestido de primera comunión ahora que están sintiendo todo el peso de la ley, mientras que cuando lo que gozaban eran las mieles de la impunidad, eran los más alegres y amenos de la orgía de robo de dinero y oportunidades.

Eco y Monzón tienen el libreto listo y ensayado para tirar a las cenizas a quienes fueron sus jefes, pero de ninguna manera deben las autoridades concederles privilegios solo por delatar a quienes ya tienen la soga al cuello, cuando ellos saben más, mucho más de los vicios y las formas de operar de nuestro sistema, de los negocios que se fraguaron a todo nivel y en toda esfera.

En el gobierno de Pérez no sucedía nada si no era con la venia de Baldetti y ésta nunca actuó por sus pistolas. El Presidente siempre estuvo enterado, pero nunca tuvo el deseo de dimensionar que la voracidad de su segunda, lo iba a terminar condenando a la posibilidad de ser un convicto.

De las confesiones de Eco y Monzón pueden derivar muchas, pero muchas investigaciones que nos deben ayudar para que la gente entienda que este sistema no tiene salida pues no tiene remedio y que cualquier paliativo es como querer darle aspirina a un paciente con cáncer terminal.

Ellos, además de operadores, eran recaudadores y enlaces con terceros, con aquellos que querían negocios, influencias y privilegios y no me refiero solo a los de La Línea, me refiero a aquellos con los que se sentaron Eco y Monzón a negociar contratos, privilegios, compras de casas, carros, aeronaves, medios y sus diversas formas de financiamiento.

Ayer anunció Velásquez que habían pedido la declaración de 50 importadores que usaron La Línea y seguro que muchos de ellos sentirán pasos de animal grande y eso es justamente lo que debe pasar con el resto de sinvergüenzas de este país, especialmente los de cuello blanco.

Venir a decir ahora que desean develar La Línea, cuando ese trabajo ya lo hizo la CICIG y el MP es fácil, pero si de verdad ellos desean cantar y obtener privilegios sería conveniente que se les preguntara sobre los negocios en Comunicaciones, Salud, Energía y Minas, Desarrollo Social, por mencionar algunos, puesto que repito, cada quien tuvo su tajada aunque todos le reportaban a Baldetti. Sería conveniente que canten cómo es que funciona la devolución del crédito fiscal y las compras importantes que realiza el Estado. Monzón hasta puede ser la llave para entender cómo es que se paga a los diputados en el Congreso, cómo se organiza la logística, de dónde y de quién proviene el dinero.

Si Eco y Monzón desean hundir a los jefes, que lo hagan de una manera que permita sacar a luz tanta podredumbre que tiene nuestro sistema y nuestro país. Velásquez ya anunció que para ser colaborador eficaz hay que cumplir ciertos requisitos y esperemos y él y Aldana, puedan aprovechar esta oportunidad.

A Eco y Monzón hay que cuidarlos, porque si se despiporran, muchos pueden caer.

Artículo anteriorSP autoriza “privilegios” para expresidente Otto Pérez
Artículo siguienteErrores sobre Cristóbal Colón