Juan Antonio Mazariegos G.

Solemos acudir a la frase “es el cuello de botella” cuando identificamos dentro un proceso un punto, en el cual se atrancan los flujos y se hace denso el transitar de las distintas fases de ese mismo proceso. La frase, en todo caso, se utiliza no para indicar que el bloqueo es definitivo, simplemente que es más lento y que entorpece lo avanzado y dificulta todo lo que está por venir, normalmente se requiere una reingeniería a efecto de desbloquear la obstrucción.

Las recientes actuaciones del Congreso de la República, cuando juega con el interés de la Nación, anteponiendo la alegre distribución por los diputados, del denominado Listado Geográfico de Obras o amenazas de rebajas desmedidas en el presupuesto a efecto de presionar por negociaciones con los partidos aún en contienda, por encima de una discusión lógica y transparente del Presupuesto de Ingresos y Egresos, sumadas al descaro con el que ese mismo Congreso trató las esperanzas y los anhelos de la sociedad, en las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la Ley del Servicio Civil y la Ley de Contrataciones del Estado entre otras, cuando le dio a la ciudadanía atol con el dedo, los convocó a discutir y luego simplemente engavetó las propuestas, no pueden menos que revelar que el Organismo Legislativo no es el cuello de la botella si no el tapón, el verdadero corcho de la misma.

El hecho que la Comisión de Finanzas del Congreso esté integrada por diez diputados de Libertad Democrática Renovada y cinco del Partido Patriota, aparte de ser una junta de perdedores, refleja también la transa que acordaron unos y otros cuando hacían planes para sucederse en el poder y de no haber sido por los acontecimientos que se desataron en el País en abril del año en curso, hoy los muñecos estarían partiendo la vaca para inflar el presupuesto en cuestión, lo más posible, a manera de que el cuero alcanzara para todos.

Dentro de los pasos que han dado el Ministerio Público y la CICIG desenmarañando redes de corrupción en los Organismos Ejecutivo y Judicial aún se encuentra un gran pendiente, la esperada depuración del Congreso de la República, sin duda cuna de ilustres personajes que nos darán muchos jueves de CICIG y sin cuya presencia el tapón de la botella dejará de existir.

A mi juicio dentro del proceso que vivimos, el tapón de la botella está a la vista, se ha avanzado muchísimo en un proceso que nadie venia venir, no sé si será la misma presión que se acumula o la presión del pueblo que lo exija, pero en este caso, el corcho está plenamente identificado y deberá ser eliminado.

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