Fernando Mollinedo C.
Las temporadas de elecciones en este país siempre han servido para que el aparato estatal entre en un marasmo administrativo que retrasa el ya lento desarrollo de los trámites de diversos asuntos.
Estamos viviendo una época tan sui géneris en que todo “avanza” por inercia, no por la acción humana que debería ser diligente pues para eso se les paga y no para dejar de hacer y dejar pasar; tal es el caso en que algunos ministerios y sus dependencias tratan de sorprender a la población haciendo como que hacen, pero en realidad, no hacen ni siquiera lo mínimo para solucionar los delicados problemas que atraviesan.
Ignoro si fue la Municipalidad o el Ministerio de Comunicaciones quien pintó de color plateado las barandas de hierro en el puente Belice, dándole una sensación visual de estar en óptimas condiciones; sin embargo… no es así. Ni por asomo se responsabilizan en cuanto a la revisión y mantenimiento de su estructura, la cual, sin ser agorero, podría colapsar en cualquier momento y causaría una gran catástrofe y como corolario un trastorno gigantesco al comercio, la industria y sobre todo a la población que por una u otra razón se transportan utilizándolo.
En la terminal aérea o Aeropuerto Internacional “La Aurora”, uno de los edificios más caros en su coste de construcción, pero muy modesto en su presentación, tiene un pésimo servicio de mantenimiento: no hay aire acondicionado, no hay limpieza en los servicios sanitarios, no hay suficiente información, la señal de internet funciona unas veces no y otras tampoco. Para el monto económico invertido en su “remodelación” debería tener un servicio de lujo con personal muy calificado en materia de servicios aeroportuarios.
En el Ministerio de Educación, ya es tiempo que los asesores jurídicos de recursos humanos y los de las direcciones departamentales dejen de sentirse jueces de paz y ASESOREN en materia jurídica, pues actúan en muchísimos casos cual si estuvieran investidos de funciones ejecutivas convirtiéndose en “verdugos” de los maestros y trabajadores administrativos y de servicio, pues formulan cargos por situaciones tan pueriles que solo hacen incurrir en gastos administrativos al Estado y/o a los imputados.
Así mismo, persiste la conducta anómala de muchos supervisores educativos en los municipios y departamentos quienes amenazan a los directores y propietarios de colegios con el cierre de actividades, con el único fin de agenciarse o redondear su sueldo mensual, lo que de hecho constituye un chantaje, coacción o simplemente una conducta ilícita. Pero… jamás han instruido en materia pedagógica, sólo administrativa cual si fuesen policías ubiquistas.
Las extorsiones en el transporte siguen, el desabastecimiento en los hospitales y Centros de Salud, igual; el paso libre también y los hueveos en las aduanas, continúan; los actos delictivos de policías nacionales y privados, ídem; las autopistas con baches (hoyos) por donde menos se lo espera el conductor y sin señalización. Total… en caso haya reclamos, las autoridades salen minimizando los grandes clavos y parte sin novedad. ¿Hasta cuándo seguiremos en las mismas condiciones?