Francisco Cáceres Barrios
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Ante el anuncio del retiro del candidato presidencial del partido Lider, aduciendo sin presentar pruebas consignas en su contra y fraude, estimo prudente analizar lo acontecido. Bien sabemos que líder es quien actúa como jefe de un grupo y que para que su liderazgo sea efectivo el resto de integrantes de su organización o de la población, si se habla de un país, deben reconocer sus capacidades. De esa cuenta, no solo con decir ser el líder de un partido político o de la oposición, por ejemplo, se le va a reconocer como tal, pues para que ello sea una realidad debe influir efectivamente en los demás o al menos en la mayoría.
Además de tener carisma y despertar simpatía el líder debe ser un gran planificador y con ese fin debe determinar con claridad meridiana el objetivo que persigue, ¿cómo es posible entonces que siendo un opositor por antonomasia del gobierno de turno haya podido coaligarse con el partido oficial, tomando conjuntamente medidas por demás desacertadas? El líder debe trabajar con su grupo motivándolo a alcanzar las metas trazadas y llevando un control absoluto de todas sus operaciones, ¿cómo pudo entonces sobrepasar el techo de campaña electoral que el TSE le había determinado y encima de ello siguió impertérrito haciéndolo con tercera entidad para tratar de evitar la sanción correspondiente?
Un líder sin respaldo sencillamente no existe, para ello debe manifestar la aceptación de las personas con quienes trabaja, con las instituciones o entidades a las que debe respetar, orientando y hasta disciplinando si fuera necesario para crear espíritu de equipo o de nación ¿de quién surgió entonces la idea de ponerse en contra de la CICIG y del MP cuando todo el mundo les estaba reconociendo su labor por velar por los intereses de la población en su férrea lucha por combatir la corrupción imperante?
El líder debe dar buen ejemplo cumpliendo con las leyes vigentes, respetando el debido orden y para ello, debe informar y demostrar clara y ampliamente del cumplimiento de sus deberes y obligaciones. ¿Por qué entonces no dirigió acertadamente a su bancada en el Congreso, evitando su paralización, como cuando comunicaba sus propuestas a sus posibles simpatizantes o electores siempre lo hacía con arrogancia, además de vivir derrochando dinero a manos llenas sin que nadie supiera exactamente su procedencia?, ¿por qué prefirió darse aires de magnate o potentado en vez de proyectar su original sencillez y humildad? Y ya para terminar, el líder debe evaluar permanentemente su plan de trabajo para saber si está siendo realmente aceptado, nunca falsear las investigaciones de opinión, mucho menos divulgarlas con obscuras intenciones.