Marco Tulio Trejo Paiz
Contrariamente a lo que se creía, las elecciones generales del domingo 6 de los corrientes estuvieron en el marco de la normalidad. Hubo mucha asistencia de electores y todo transcurrió solo con aislados actos de violencia.
Como el gallo de pelea (Jimmy Morales) no ganó con la mayoría necesaria, tendrá que efectuarse la segunda ronda, para cuyo efecto se dejó el “match” para las postrimerías de octubre próximo. Se pronostica una dura lucha de padre y señor entre Morales y Sandra Torres, quien, según se rumorea en el ambiente, desempeñó un papel no muy activo, en el movimiento insurgente de finales de la pasada centuria. Ella niega su participación en las fratricidas acciones.
La señora Torres, como es lógico suponer, estará pisando los talones del ganador del evento del domingo 6. La mayoría de sus partidarios está en la zona occidental, quizá porque durante el régimen gubernamental de la UNE, que comandó Álvaro Colón, de quien se “divorció” por razones de estrategia política, repartió a los indígenas y a otros indigentes bolsas de alimentos, que eran como “pan para hoy y hambre para mañana”…
Otra cosa sería una reforma agraria para solucionar las penurias de la gente empobrecida y semiabandonada a su suerte… Pero se dirá que ya no hay tierras para esa reforma, salvo las de los grandes terratenientes que podrían ceder a precios razonables parte de sus fincas para evitar acciones de injusticia como ocurrió cuando gobernaba rodeado de líderes del PGT el coronel Jacobo Arbenz Guzmán.
Se ha dicho que el triunfante de la primera vuelta no quiere alianzas con nadie, lo cual puede provocar una brecha por la cual camine como a cosetadas al triunfo la señora Torres. ¿No les parece, estimados lectores que tienen discernimiento propio?
Las realidades de los días venideros, sobre todo las votaciones de la segunda agarrada político-electoral nos dirán quién es quién: Si Jimmy Morales o si doña Sandra Torres.
Mi amigo Juan Pueblo está muy meditabundo y no quiere hablar de la parranda “democrática”…
