Creemos que la clave para el futuro del país no está en la elección presidencial sino básicamente en la elección del próximo Congreso y, en menor medida, de las corporaciones municipales en donde ha anidado la corrupción y la mayoría de los jefes edilicios buscan ser reelectos. En el Congreso de los 158 diputados, 134 buscan su reelección y de esos posiblemente se pueda descontar a la mayoría de los miembros del PP, pero el resto tiene grandes posibilidades.

Una estimación de analistas de ASIES estima que en el futuro Congreso Lider podría tener alrededor de 50 diputados, la UNE 40, el partido FCN 30, Todos 15 y el PP 10. Eso significaría que entre Lider, UNE, Todos y el PP tendrían la mayoría de dos terceras partes del total de diputados, siendo agrupaciones que han dado abundantes muestras de su compromiso con el sistema y de su interés por preservar los privilegios que arropan a la clase política.

Esta semana es crucial para entender que la clave está en el Congreso pero, de todos modos, hay problemas serios porque resulta que el ciudadano no puede votar por un candidato que considera idóneo sin arrastrar con él a un montón de parias. Aunque quien encabece un listado distrital o nacional pudiera ser o parecer honesto, capaz e idóneo, resulta que al darle su voto también se está favoreciendo a todos los que conforman la misma planilla y eso significa que por cada buena elección que resultara ganadora, entrarían entre dos y cinco individuos de los que han sido causantes del descalabro del sistema.

Los ciudadanos no podemos elegir a un candidato que nos parezca adecuado sin proyectar ese mismo voto a favor de algunos que son exponentes de lo más avinagrado de nuestra clase política y eso es terrible para la conformación del futuro Congreso que, en teoría, tiene la obligación de responder al clamor popular, aprobando las modificaciones a las leyes electorales para terminar con ese financiamiento delictivo de las campañas políticas, realizado no sólo por el crimen organizado sino por empresarios que en plena campaña compran el derecho a alzarse con los bienes del Estado.

Por eso, cuando se apela al voto consciente hay que tener en cuenta que aunque el ciudadano se devane los sesos buscando, como Diógenes, al hombre justo, al ir a las urnas y darle su voto al que pudiera haber merecido una buena calificación, también tiene por fuerza que arrastrar a los otros del mismo listado y, como diría Cantinflas, allí está el detalle.

Artículo anteriorPronta respuesta del Vicepresidente
Artículo siguientePérez critica a Pesquisidora y apoya las elecciones