Félix Loarca Guzmán

Nuestro país afronta estos días una grave crisis política como consecuencia del descalabro en el Gobierno del Presidente Otto Pérez Molina, a raíz del descubrimiento de diversos casos de corrupción atribuidos a altos funcionarios, según se desprende de las investigaciones del Ministerio Público, (MP), y de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG.

Los hallazgos de tales instituciones, pusieron la impunidad al desnudo, demostrando que la misma ha estado protegida durante el actual gobierno por funcionarios del más alto rango, que se sobaban el pecho jurando por su madre muerta, que nunca se habían apropiado de un solo centavo del erario público.

Mientras se producía el robo de los recursos provenientes de los impuestos del pueblo, en los hospitales nacionales constantemente se sufría la casi permanente escasez de alimentos y medicinas para los enfermos. Asimismo, muchos de los niños de las escuelas estatales recibían sus clases en galeras o edificios con gran cantidad de goteras, y a falta de pupitres, en troncos de árboles, en blocks o en el suelo.
Algunos niños murieron por los altos índices de desnutrición, a pesar que Guatemala es uno de los países más ricos con grandes reservas de productos como el oro, la plata, el níquel y el jade, solo por citar unos pocos ejemplos, pero que están siendo explotados por empresas transnacionales que apenas le dejan miserables dividendos al país, gracias a la política entreguista del actual gobierno a las empresas transnacionales.

A tres años y medio del inicio de este gobierno sustentado esencialmente por una camarilla de aproximadamente treinta militares del pasado, no es aventurado señalar que el mismo se está derrumbando, y que quedará marcado como el más corrupto de la historia contemporánea.

La pésima conducción de la política económica en la cual participaron como Ministros de Estado, miembros de la cúpula del sector privado, incrementó la miseria y la pobreza en que vive la mayoría de la población.

Las afirmaciones oficiales del crecimiento económico, y los escándalos de corrupción descubiertos por el MP y la CICIG, hacen recordar la fábula de las ovejas, que indica que mientras el zacate crecía y verdecía, las ovejas se morían de hambre.

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