Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

La orden de captura girada hoy contra Roxana Baldetti Elías debe interpretarse y, sobre todo, debe convertirse en la primera de una muy larga lista de acciones similares que se ejecuten en contra de todos los que a lo largo de los años se han enriquecido empobreciendo más al pueblo de Guatemala con sus actos de corrupción. Por mucho que Baldetti sea el rostro más visible del cinismo, de la podredumbre y de ese enriquecimiento ilícito, no debemos darnos por satisfechos, porque ella no es la única que ha utilizado la función pública para su propio beneficio y por ello es que debemos ser exigentes para que todos, léase bien, todos los que han robado al pueblo tengan también que enfrentar proceso penal y extinción de dominio sobre los bienes mal habidos.

Por supuesto que esta captura se vuelve paradigmática porque rompe ese entramado de impunidad que se ha tejido cuidadosamente a lo largo de muchos años con la participación de muchos sectores de la sociedad, incluyendo a los políticos, para asegurar que nadie tenga que pagar consecuencias por la corrupción. El único precedente fue el de Alfonso Portillo quien tuvo que ser condenado en Estados Unidos luego de negociar con la fiscalía norteamericana admitiendo el soborno de los asquerosos taiwaneses, pero internamente la impunidad cada vez se consolida más.

Por ello era fundamental que una entidad como la CICIG viniera a romper el esquema y hay que reconocer el papel jugado por la Fiscal General, Thelma Aldana, quien a diferencia de sus antecesores, se atrevió a actuar en los temas de corrupción que fueron olvidados hasta por la reconocida fiscal Claudia Paz y Paz que no movió un dedo en el tema del saqueo de la cosa pública, acatando y demostrando su lealtad al ya mencionado pacto de impunidad.

Pero por mucha satisfacción que popularmente se genere por esta captura, no debemos dejarnos llevar por la euforia para diluir la responsabilidad de otros actores en la trama de la corrupción. Por ello digo que Baldetti tiene que encabezar una muy larga lista que se debe estructurar sin miramientos ni misericordia para que contenga a todos los corruptos que han usado el poder para su propio beneficio, condenando al pueblo a seguir viviendo en la más angustiante pobreza.

La captura, y espero que la posterior condena y el despojo de sus bienes mal habidos de la señora Baldetti, es fundamental porque abre la brecha y nos marca el camino. Pero la sociedad tiene que entender que todo eso ha sido facilitado por un sistema utilizado de manera sistemática por todos los gobiernos que han incurrido en la corrupción, responsabilidad de la que no se salva ninguno. Debe entenderse que ese sistema no sólo ha sido aprovechado por todos, sino que se ha ido perfeccionando metódicamente porque todos los gobiernos han puesto su grano de arena para hacer piñata los recursos, los bienes del Estado, entre ellos las frecuencias radioeléctricas regaladas, por «error» dirá el cínico aquel, en ese proceso para crear el sistema perverso de la alianza público privada entre políticos y sus financistas para hartarse a costillas del hambre del pueblo.

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