Francisco Cáceres Barrios
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Así se tituló un libro editado por la Tipografía Sánchez y de Guise, en el mes de junio de 1944, cuatro meses antes de la culminación del movimiento revolucionario de ese año, constituyendo un gran aporte a la causa que finalmente derrocó a la tiranía de Jorge Ubico quien gobernara al país por 14 años. Hay que tener presente que la tiranía es un régimen de poder absoluto del aparato estatal por lo tanto, no solo gira alrededor de un hombre o partido, sino que el abusivo uso del poder también puede provenir de una organización entrelazada para explotar cruelmente a toda la población de un país y así lograr imponer criterios y procedimientos.

El pueblo guatemalteco a partir de lo que se dio en llamar el resurgimiento democrático fue perdiendo paulatinamente su libertad debido a politiqueros, quienes paso a paso, paulatinamente, se la fueron quitando a través de mañosas disposiciones convenientes solo a sus intereses. ¿Ejemplos? ¡Sobran! Pero baste con citar que la tiranía partidaria que se enraizó en nuestro país empezó por irnos quitando el poder elegir solo a quienes gozaran de idoneidad, capacidad y honestidad. Con esto más, que ahora, a pocos días de concurrir a las urnas, contamos con catorce candidatos presidenciales pero que recuerde, ninguno de ellos fue electo democráticamente por los afiliados de sus respectivos partidos, sino puestos a dedo. Y para terminar con los ejemplos, ¿desde cuándo los ciudadanos dejamos de escoger a nuestros diputados para que nos representaran dignamente en el poder legislativo y así pedirles cuentas, pues la mayoría de veces su comportamiento ha sido por demás bochornoso?

La verdad es que son tantas las limitaciones a nuestra libertad que pudiéramos pasarnos relatando miles de casos con los que podríamos demostrar que nos ha tocado vivir una insoportable tiranía partidaria y politiquera que nos ha llevado al actual nivel de ingobernabilidad. Por ello, estoy plenamente convencido de la necesidad de empezar a escribir otro libro con el mismo título: “Derrocamiento de una tiranía”, para que de igual manera pudiera servir de aporte para derrocar al actual sistema tiránico en que vivimos, el que nos impide ejercer con toda libertad nuestras ambiciones de representatividad para el progreso y desarrollo integral del país.

El primer capítulo del libro que cité al principio empieza diciendo: “Estamos firmemente convencidos de que se equivocan quienes atribuyen a nuestro pueblo la característica de un pueblo escéptico o más bien indiferente al sentido de libertad.” Después de observar el reciente despertar ciudadano me ha llevado a pensar lo mismo, puesto que cansados del dejar hacer y del dejar pasar, ha llegado el momento crucial de recuperar la libertad.

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