Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“No hay fase en la vida, pública o privada, libre de deberes.” Cicerón.

A menos de un mes de que lleven a cabo las elecciones, ganen quienes ganen, ya son perdedores, puesto que muchos factores harán la diferencia entre estas y otras elecciones, sin entrar en consideraciones subjetivas, la sociedad no participante pasivamente, ya marcó la ruta, y esa acción hará la diferencia.

Tanto quien gane la presidencia, como las diputaciones, alcaldes, y demás, en la actualidad, por ser sujetos pasivos, ya que el sujeto activo es la población, que votará en relación al candidato a Presidente, que resulte ganador, no será por convicción sino que por desilusión, en cuanto a los Diputados que integren el Congreso de la República, de entrada llegan con la desconfianza de la población el 90% desconocidos para la sociedad, y al encontrarse estructurado el sistema de tal forma que el mismo se ha pervertido, por el modo en que se han conformado las casillas de los diferentes Partidos Políticos, el votante no tiene opción de decidir por un congreso subjetivamente idóneo, votarán por el listado en donde se encuentre el amigo, el conocido o el familiar, pero probablemente éste por el que votaron no llegue al Congreso, será otro desconocido u otros desconocidos, por lo que de lo que más carece el actual Legislativo, como el que está por venir será de representatividad, pregunto ¿Se siente representado por el actual Congreso? Yo en lo personal no, y me parece probablemente unos siete millones de guatemaltecos tampoco, ¿Y de 158 Diputados, se sentirá representado de ser posible con la mitad más uno? Seguramente no sabrá quienes son los ochenta que votarán en nombre suyo, para los cambios legislativos que necesita el país.

Si eso sucede, a groso modo con Presidente y Diputados, ¿Qué podemos decir de los Alcaldes y las Corporaciones Municipales?, sin duda situación bastante parecida, con la excepción de los cacicazgos que se da en algunos municipios, incluyendo increíblemente la capital, en la que con que nos llenen de florecitas nuestro paseíto, nos hacen felices, aunque por otro lado nos cierren las calles, y por ende nos convirtamos cada vez en ratones encerrados, buscando en el laberinto como salir del mismo, prueba de ello es la Calzada La Paz, en la que una ruta rápida, como lo es la calzada, tiene el alto, además de habérsele disminuido un buena parte en la que no pueden circular vehículos particulares, porque nuestro flamante alcalde, que hoy sale besando hasta a los perros (Hoy hasta ellos podrían votar) redujo la calzada, para que haya acceso directo al flamante “Centro de Negocios la Paz” ¿Le suena el nombre? A mi cada vez que veo una moneda de Quetzal, pienso en alguien que necesita ser recordado, a quien urge sentir que dejó su huella, y no la de equidad, no señores, ya que el flamante Centro de Convenciones, lo repito por lo macondiano que me resulta, tendrá la vía, mientras los miles de pilotos deberán hacer el respectivo alto, para que los usuarios del centro circulen tranquilamente, pero no importa, podemos disfrutar florecitas y jardincitos en las zonas privilegiadas, y como seguimos autoengañándonos con espejitos, que siga el Cacique de la Capital, ¿Qué podemos pedir a la provincia? No tenemos derecho a crítica alguna, somos los primeros que no vemos lo evidente y nos contentamos con despojos.
Pero todos los que ganen las elecciones, en realidad serán perdedores, por un aspecto muy importante y que se cree fue algo pasajero, ¿La sociedad despertó! Y al primer desliz de quien se considere ganador, le exigirán la renuncia inmediata, y los “ganadores” contarán con un elemento más en su contra, falta mucho tiempo para las elecciones siguientes, así que la tendrán no difícil, pienso que imposible si no trabajan para su patrono; la población, al fin ganaremos los más, y perderán los menos, no serán ya autoridad, serán nuestros empleados, sí señor.

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