Eduardo Blandón

¿Cómo será el futuro?  ¿Qué nos espera?  ¿Hacia dónde se dirige la ciencia y la tecnología? Son preguntas habituales en algunos que responden no solo a una especie de búsqueda de seguridad, sino a deseos anticipatorios para atinarle a los negocios o simplemente para preparar a los hijos a la vida.

La literatura en estos temas es abundante, pero el mercado está lleno también de seudocientíficos cuya avivada imaginación talvez podría ser valorada en Hollywood.  Fantasean sin fundamento y se imaginan mundos inverosímiles.  Hay cohetes, súper hombres y vida interplanetaria que nunca justifican para dar crédito a las ensoñaciones.

Uno de los más serios que he encontrado (aunque no soy experto en el tema) es la literatura del físico estadounidense Michio Kaku.  Recientemente he hecho una inmersión en dos de sus obras, “La física del futuro. Cómo la ciencia determinará el destino de la humanidad y nuestra vida cotidiana en el siglo XXII” y “El futuro de nuestra mente. El reto científico para entender, mejorar y fortalecer nuestra mente”, y estoy gratamente sorprendido por su propuesta.

En ambas examina el avance tecnológico y pone los ojos en las promesas que encierra la ciencia.  El género permite la ficción, pero alejado el autor de la novelería justifica las posibilidades del horizonte que avizora. Como físico, además, explica con argumentos lo que viene y descarta lo que parece imposible.

Kaku emplea un lenguaje especializado que puede poner en aprieto a los profanos de la ciencia, pero no es un texto imposible de leer.  De hecho, creo que ha sido pensado para el amplio público y la dinámica de los capítulos permite una lectura de corrido.  Excelentes libros para los curiosos, los que se inician en la ciencia o los que veneran la ciencia ficción.  Los recomiendo.

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