Félix Loarca Guzmán

Como dice el refrán popular, al presidenciable del partido rojo, el señor Manuel Baldizón, le salió el tiro por la culata en la confrontación que inició con el Jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad, CICIG, el jurista colombiano Iván Velásquez, pues a raíz de ello se produjo una impresionante avalancha de apoyo para ese funcionario internacional por su trabajo en contra de la corrupción.

La visita que el político realizó la semana pasada a Estados Unidos, para “quejarse” por la supuesta intromisión extranjera que atribuyó a esa comisión de las Naciones Unidas, no le dio los resultados que esperaba, y muy por el contrario, su posición política se ha debilitado estrepitosamente.

Fuera de la reunión que tuvo con el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, y algunos congresistas, no logró ser escuchado por ningún funcionario de alto nivel del gobierno norteamericano.

Hay que recordar que el Embajador de Estados Unidos en Guatemala, Todd Robinson, ha expresado de manera categórica, su respaldo a las protestas populares en contra de la corrupción.

En el caso de los señalamientos que la CICIG y el Ministerio Público formularon en contra de la cúpula de ese partido, por su posible involucramiento en una estructura de lavado de dinero, que fue lo que irritó al señor Baldizón, el Embajador estadounidense, opinó que los políticos señalados deben aclarar su situación jurídica en las cortes de justicia, y no con manifestaciones en las calles.

Por otra parte, algunas de las afirmaciones que el presidenciable externó en una entrevista que le hizo la cadena internacional de televisión CNN, están alejadas de la realidad, pues no es cierto que él y su partido hayan apoyado desde el principio las manifestaciones de los sábados en contra de la corrupción, y mucho menos que se hubieran sumado a las peticiones al presidente Pérez Molina para que renuncie a su cargo.

Además, es públicamente conocido que el partido del señor Baldizón ha actuado en alianza con el partido oficial para aprobar importantes asuntos en el Congreso de la República, como las designaciones de Magistrados para la Corte Suprema de Justicia, la elección del nuevo Contralor de Cuentas, y todas las leyes que pactaron descaradamente a espaldas del pueblo de Guatemala.

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