Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino” Stephen Crane
Estamos viviendo tiempos de cambio y por lo tanto convulsos, se percibe, pero no se siente en profundidad aún, la incertidumbre rodea el día a día, los políticos salen de gira y llenan de colores el ambiente, por lo que la población tendrá más camisetas para cambiarse, los mismos en los mismos lugares, los ciudadanos de a pie, en si han ganado dos cosas: 1) Un tiempo de comida, con todo y una prestación económica, y 2) Camisetas, playeras y gorras para llenar su ajustado guardarropa.

Los sábados, continúan las manifestaciones con diferentes consignas, pero unidos por un fin que es lo importante: cambio real para el país, probablemente, con las argucias que todos conocemos, no se logre en este momento el cambio, pero el camino ya se inició, y no se avizora que exista intención de claudicar, la lucha por el cambio no se detiene, crece cual avalancha.

Las redes sociales se incendian con debates políticos, que van desde la crítica mesurada, con argumentos sólidos y coherentes, hasta la palabra soez, que molesta la vista y los sentidos, pero vivimos en libertad de expresión, y cada quien es libre de sacar su frustración como su personalidad le permita, pero si es un fenómeno muy particular, como se manifiesta tanto odio por las mismas, azuzado por informaciones muchas veces falsas, o de otro país, pero la violencia se apodera de las personas, y bajo el amparo del anonimato, (Porque no todos se identifican) la violencia crece cada día más, a nivel redes sociales.

Sin embargo los candidatos a Presidente, parecen no darse cuenta que el sistema ha colapsado, pero no por el sistema mismo, por quienes lo han llevado a tal grado de putrefacción, que han hecho que la población, no crea en nada ni en nadie, es imposible esperar que la sociedad responda a la nada, porque en ese ciclo de la existencia de un Estado nos encontramos: En la nada.

Para que llegáramos a este punto, no fue necesario que la CICIG, destapara la cloaca que ha ido destapando gradualmente, en este punto ya nos encontrábamos, lo que se necesitaba era la gota que derramara el vaso de agua, todos sabíamos que las cosas estaban muy mal, el dinero dejó de circular desde hace tiempo, nadie quiere invertir en el país, todos los males campean, solamente se necesitaba un empujón, y fueron varios, por lo que la población va por un camino y la clase política por otro, es un desencuentro total.

El problema de origen no solamente existe, sigue creciendo y la clase política, no asume lo que en realidad está sucediendo, parecieran mundos paralelos, en los que uno es una ficción de otro, pero infortunadamente no es así, quienes han formado, y siguen formando parte del sistema, lo prostituyeron de tal forma, que no aceptan la realidad que vive la población, hastiada de ser comparsa obligada de una pantomima.

El hasta aquí, parece tocar a las puertas, pero los que se encuentran detrás de las mismas, no escuchan los toquidos, timbrazos, golpes y patadas que están lanzando, los que poco a poco dan pasos agigantados, en las fotografías se ve a los candidatos, prometiendo el cielo y las estrellas, esa es su realidad, más no la que ven otros ojos, ni la que viven otros seres, que son los más en la ecuación en la que vivimos.

¿Que si tocamos fondo? Hace tiempo, aunque no había sido tan perceptible como lo es hoy, pero recalcó, la CICIG no descubrió el agua azucarada, el agua se ha estado azucarando desde que somos una nación, la CICIG, solamente evidenció lo que muchos sospechábamos, otros sabíamos, pero todos estábamos seguros; que nos íbamos en picada, y nos fuimos, todos parecemos darnos cuenta, menos los tribunales y la clase política, paradoja de un país, que ha vivido siempre cayendo de eslabón en eslabón.

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