Fernando Mollinedo C.

Es difícil no escribir sobre lo mismo en esta época en que aparecen más y más elementos de corrupción en la administración pública; La Red de la SAT, el “agua milagrosa” para el lago de Amatitlán, el clavo de IGSS-Pisa (y vaya si no los pisó: más de veinticinco muertos) la solicitud de antejuicio a los diputados y al vicepresidenciable de Lider, a Pedro Muadi, el gran clavo del tráfico de influencias para favorecer a Zeta Gas y Jaguar Energy y para cerrar con broche de oro, el más reciente caso de los policías ladrones integrantes de la División de Prevención del Delito.
Pero… debemos recordar el proceso penal del expresidente Portillo; el reciente desfalco por CINCUENTA Y DOS MILLONES de quetzales en una subdirección de la Policía Nacional Civil, la escandalosa cifra de CIENTO SETENTA Y CINCO MILLONES de quetzales gastados en publicidad del actual gobierno, la red del Sistema Penitenciario, el sospechoso saqueo en el Fondo Guatemalteco de la Vivienda (Foguavi), el ahora sempiterno problema de las extorsiones, clientelismo de la bolsa segura, además de los hueveos en Fonapaz con las pilas y las láminas.

La compra de los radares para el Ejército, el opaco financiamiento a los partidos políticos, la tragedia ambiental y su irreversible daño con químicos al río La Pasión, la desidia gubernamental para el tratamiento del río Motagua, la irresponsabilidad, incapacidad e ineptitud para la conservación del puente Belice, el “clavo” en el Registro de la Propiedad con el escándalo de las plazas fantasma, el testaferrato gubernamental, el continuo robo de maderas finas en Petén, el robo de jade en la Sierra de las Minas y la continuidad de los fideicomisos municipales.

La compra de jueces corruptos con patrimonio ilícito y que aún siguen impartiendo “justicia”, la desvergüenza de estar procesados por desfalcos, hurtos y/o hueveos del dinero del pueblo y querer reelegirse, el caso MDF que involucró al actual presidente y al señor Meyer con la “desaparición” de OCHENTA Y DOS MILLONES DE QUETZALES EN EL CONGRESO, la compra frustrada de equipo de software en el IGSS por la cantidad de diecisiete millones de quetzales y, Fontierras promoviendo la compra de tierra a un personaje a quien el Presidente calificó de narcotraficante.

El nepotismo en la municipalidad de Barberena y en la Dirección de Aeronáutica Civil; la frustrada negociación de la Plaza Baktún, el gasto del Ejército aumentó un 27 % y ascendió a 445 millones de quetzales en el actual régimen, la venta de plazas en el Congreso, la concesión a la empresa española de contenedores en Puerto Quetzal, el frustrado negocio de venta de gasolina en el aeropuerto, la maquinaria “nueva” comprada por el Fodes escondida en el cuartel Mariscal Zavala, el robo en Petén de las granadas de fragmentación pertenecientes al Ejército y en fin…

NO alcanza el papel para la lista de actos ilegales, ilícitos, indebidos e ilegítimos ejecutados por el equipo humano del actual gobierno; aunque ello nos permite comprender cuál fue el interés que los motivó a formar su partido político y competir para ejercer el poder con la “autorización” del voto del pueblo.

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