Luis Enrique Pérez

Adam Smith nació en Escocia, el 16 de Junio del año 1723, y murió el 5 de Junio del año 1790. Fue un filósofo moral, autor de una de las obras más influyentes en la historia de la ciencia económica. La obra se denomina “Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones”, que se publicó por primera vez el 9 de Marzo del año 1776. En esa obra Smith empleó la expresión “mano invisible” presuntamente para denotar una misteriosa y suprahumana fuerza que dirige el mercado.

Por primera vez Smith empleó la expresión “mano invisible” en su obra “Historia de la Astronomía”, que probablemente escribió a partir del año 1744, hasta el año 1750, o quizá hasta el año 1758. En esta obra, publicada después de su muerte, Smith afirmó que “el fuego quema, el agua refresca, los cuerpos pesados descienden y los cuerpos ligeros ascienden por su propia naturaleza; y jamás la mano invisible de Júpiter ha tenido que detenerse para intervenir en esos sucesos.” Era la mano a la que el ignorante acudía para explicar fenómenos naturales.

Por segunda vez Smith empleó la expresión “mano invisible” en su obra “Teoría de los Sentimientos Morales”, publicada en el año 1759. En esa obra afirmó que los ricos, dirigidos por “una mano invisible”, distribuyen los bienes necesarios para la vida, “casi del mismo modo como se hubieran distribuido si la tierra hubiera sido dividida en porciones iguales, entre todos sus habitantes.” Y entonces, “sin intentarlo, sin saberlo, los ricos contribuyen al progreso de la sociedad.”

Por tercera y última vez Smith empleó la expresión “mano invisible”, una sola vez, en su obra “Investigación de la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones”. En esta obra afirmó que el individuo que prefiere invertir su capital en la industria de su propio país y no en la de otro, intenta procurar su propio beneficio; pero necesariamente contribuye a la prosperidad de su país. Y entonces, afirmó Smith, “en este caso, como en muchos otros casos, el individuo es dirigido por una mano invisible para promover una finalidad que no es parte de su intención. Y no siempre es lo peor para la sociedad que esa finalidad no sea parte de su intención. En la persecución de su propio interés el individuo frecuentemente promueve el interés de la sociedad más eficientemente que cuando deliberadamente pretende promoverlo”.

En la “Historia de la Astronomía” la expresión “mano invisible” no denota, evidentemente, un fenómeno económico, sino que irónicamente alude a quienes invocan un poder divino para explicar fenómenos naturales. En la “Teoría de los Sentimientos Morales” esa misma expresión denota un fenómeno económico: los ricos contribuyen al progreso de la sociedad, aunque no lo sepan, ni intenten contribuir a él. En la “Investigación de la Naturaleza y las Causas de la Riqueza de las Naciones”, la expresión denota también un fenómeno económico; pero no en particular, en el caso de los ricos, sino en general, es decir, en el caso de todos los seres humanos, sean o no sean ricos.

Opino que Smith jamás empleó la expresión “mano invisible” para denotar una misteriosa y suprahumana fuerza que dirige el mercado. La empleó metafóricamente, con significado económico, para denotar al efecto socialmente benefactor que puede provocar el individuo que actúa para procurar su propio beneficio, aunque su intención no sea provocar ese efecto benefactor.

Post scriptum. El mercado, o proceso de libre producción, intercambio y consumo de cosas económicamente valiosas, no es guiado por nadie. Es el producto de seres humanos necesariamente individuales que consciente, deliberada y finalísticamente valoran, eligen y actúan para pasar de un estado de vida menos satisfactorio, a uno más satisfactorio.

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